Óliver Martín Rodrigo, coordinador y gerente de Servicios de Prevención Ajenos, indaga en la inclusión de los SPA en el ámbito empresarial.
¿Cómo vislumbra el sector de la PRL dentro de siete años y como le gustaría a medio plazo?
La prevención de riesgos laborales es una actividad innata a las relaciones laborales que estará presente siempre que haya una actividad laboral desempeñada por personas.Así las cosas exige de equipos en continua renovación y mejora, con capacidad para adaptarse a nuevas formas de trabajo, nuevos sectores y actividades, tecnología y maquinas, y en general cualquier elemento novedoso que emerja del trabajo. En los próximos años, los servicios intensivos de conocimiento han de tener un papel fundamental para cumplir las expectativas que hemos de imponernos en materia preventiva. El sentido común nos dice que cuanto más relevante y técnico es un sistema más se precisa de profesionales con capacidad y conocimiento para implementarlo. Así las cosas, quiero pensar en un escenario en el que habrá empresas de mediano y gran tamaño que puedan gestionar la prevención, total o parcial, con profesionales en plantilla y otras, de menor tamaño, que precisen para esa gestión eficaz de servicios de prevención externos a la empresa. No deberíamos plantear un contexto en el que se improvise dando entrada a otras entidades o profesionales independientes que no cumplan con un criterio de multidisciplinariedad, sin control de la autoridad laboral, o que las empresas con medios insuficientes prueben si es o no eficaz improvisar modelos propios y asunción de actividades, ya que el resultado de esa falta de deber de medios puede ser un accidente o enfermedad de un trabajador que en el peor de los casos puede ser mortal.
¿Por qué el servicio de prevención ajeno es la modalidad preventiva más usada por el empresario?
ElEl Servicio de Prevención Ajeno nace con vocación de colaborador de la Administración en su actividad de asesoramiento a las empresas, es un operador altamente profesionalizado, con criterios y estándares de calidad rigurosos y en continua renovación, que lleva más de 20 años desarrollando su actividad en los cuales ha mejorado y aumentando sus recursos y servicios; realizan millones de reconocimientos médicos, pruebas específicas, evaluaciones de PRL, han impartido miles de horas de formación y un largo etcétera de acciones conducentes a mejorar, no solo la seguridad y salud, sino su traducción en el equilibrio de la sociedad en tan en la seguridad de los trabajadores no acaba en su jornada laboral sino que transciende a su vida personal y privada. Hemos de tener en cuenta que realizar una actividad preventiva profesional evita poner en riesgo la integridad física y psíquica de los trabajadores y esto se traduce bajo el prisma de la empresa en un compromiso real con las personas y con la propia empresa; mejora del clima laboral, imagen social de la entidad, reducción del alto coste económico de un accidente,... y muy relevante evitar responsabilidades civiles, administrativas, de Seguridad Social por recargo de prestaciones y hasta penales. Por todo lo anterior, el tejido empresarial y los trabajadores de nuestro país atesoran nuestro compromiso cuando confían en nuestras empresas para asesorarles en materia preventiva, así el 90,7 por ciento (Encuesta Laboral Anual 2016) de los empresarios han optado por esta modalidad preventiva y, lo que para nosotros es más importante, más de un 86 por ciento de los empresarios (ENGE) manifiesta un nivel de satisfacción alto con la actividad de los servicios de prevención ajenos.
¿Es precisa una reforma legislativa de calado?
Las directrices en materia de PRL han de ser analizadas, de forma constructiva, siempre, en tanto no se alcancen niveles ínfimos en los índices de siniestralidad, pero esto requiere de un verdadero ejercicio de reflexión y sobre todo de objetividad. Para afrontar cualquier reforma legislativa o guía de actuación en materia preventiva hemos de obviar intereses, categorizaciones, planteamientos transaccionales y cualquier obstáculo que no suponga dicho análisis pragmático y una actuación en consecuencia.