
Barcelona, 29 dic (EFE).- El Tribunal Supremo (TS) ha fallado a favor de la creadora de "Las Tres Mellizas", Roser Capdevila, en un litigio que la ilustradora inició en 2013 para reclamar la propiedad intelectual de sus personajes a la productora Cromosoma, que se encargaba de explotar su obra.
Según ha establecido en la sentencia la Sala de lo Civil del TS, la empresa Cromosoma deberá indemnizar con 381.000 euros a Capdevila, por los daños y perjuicios ocasionados, además de cesar en la explotación de los derechos de "Las Tres Mellizas" y devolver todos los dibujos originales a la ilustradora.
Roser Capdevila creó en 1983 los dibujos de "Las Tres Mellizas" cuyos personajes están inspirados y comparten nombre con sus tres hijas: Teresa, Anna y Helena.
Con el éxito de su obra, la ilustradora firmó en los años noventa dos contratos con Cromosoma para cederle los derechos de explotación de los dibujos de "Las Tres Mellizas" y del personaje de "La Bruja Aburrida".
El conflicto surgió en 2010 cuando Cromosoma contrató a Capdevila para colaborar en la creación de un largometraje de "Las Tres Mellizas" y a los tres meses la creadora decidió abandonar el proyecto porque consideraba que no se respetaba el espíritu de sus creaciones originales.
Pero no fue hasta 2012 cuando Capdevila resolvió el contrato con la productora y le exigió que paralizara el largometraje y que le devolviera los dibujos originales.
El litigio se inició porque Cromosoma no quería resolver algunos de los contratos ya que disponía de marcas registradas a su nombre a partir de las ilustraciones de Capdevila.
En primera instancia, el juzgado mercantil número 8 de Barcelona falló a favor de Capdevila pero la Audiencia de Barcelona dio la razón a la productora tras interponer un recurso.
Finalmente, el TS ha concluido que en los contratos suscritos por ambas partes se establecía que cualquier marca registrada, que tuviera algún elemento que afectará al derecho a la propiedad intelectual de Capdevila, requería su autorización expresa.
Por este motivo, el TS ha concluido que Cromosoma se "aprovechó de la relación de confianza" que había con la autora para "apropiarse de marcas" sin su previa autorización.
Tras la publicación de la sentencia, la productora deberá abonar una indemnización de 381.000 euros a la autora pero es poco probable que pueda cobrarla ya que en 2012 Cromosoma entró en concurso de acreedores porque solicitó un crédito y precisamente puso como aval la propiedad de los personajes que ya no lo pertenecen.