
Barcelona, 28 mar (EFE).- El exdirector del Palau de la Música Joan Llinares recibió una llamada del exconseller de CDC Felip Puig a un teléfono directo del antiguo despacho de Jordi Montull, interesándose por los convenios de la entidad con la fundación Trias Fargas, afín a CDC, y preguntando sobre "si había más cosas".
En su declaración como testigo ante la sala de la Audiencia de Barcelona que investiga el saqueo del Palau de la Música, Llinares ha desvelado la llamada "un tanto curiosa" que recibió en un teléfono guardado en un cajón en el despacho que había sido de Jordi Montull, mano derecha de Fèlix Millet al frente del Palau, y que él ocupó cuando les sucedió.
Cuando descolgó el teléfono del cajón, una línea directa que no pasaba por centralita a diferencia del que tenía sobre la mesa, se encontró con que era Felip Puig, que en la época era diputado de CDC en la oposición, quien llamaba; "me preguntó si lo de los convenios estaba claro y si había más cosas", ha precisado el testigo.
"Fue una llamada un tanto curiosa que luego he relacionado, claro", ha añadido Llinares, que ha situado ese hecho en la época en que se hizo pública la existencia de cinco convenios con los que el Orfeó Català había donado 630.000 euros a la fundación Trias Fargas, actual Catdem, afín a CDC, en octubre de 2009.
Precisamente, Llinares, que tomó las riendas del Palau tras estallar el escándalo y aportó a la justicia documentos que apuntaban al presunto pago de comisiones a CDC, ha expresado hoy la "sorpresa" que le provocó el hallazgo de esos convenios con la Trias Fargas.
"Me habían generado la pregunta de qué hacía el Orfeó Català, una asociación que vivía de las aportaciones del Consorcio y de la Fundación del Palau, con una fundación de un partido político. Esa sorpresa la vimos multiplicada por seis convenios, uno por cada año", ha aseverado el testigo.
Según Llinares, cuando comprobó que el personal del Palau ignoraba la existencia de esos convenios y que carecían de "justificación", encargó a los letrados de la entidad que hablaran con la Fundación Trias Fargas, "para ver de qué manera devolvían el dinero".
El exdirector general del Palau ha contradicho así la versión que dio entonces la dirección de la Trias Fargas -rebautizada con el nombre de CatDem al verse envuelta en el escándalo del saqueo-, que anunció que accedía voluntariamente a devolver los 630.000 euros recibidos de la entidad porque los convenios no habían sido avalados por la junta directiva.
Joan Llinares, actualmente gerente del Ayuntamiento de Barcelona, ha relatado cómo los auditores a quienes encargó analizar las cuentas del Palau encontraron en el interior del ordenador de la secretaria de Millet y Montull documentación que, según su opinión, desvelaba el presunto pago de comisiones de Ferrovial a CDC.
El documento que más le llamó la "atención", ha afirmado el testigo, fue un cuadro con cifras distribuidas en cuatro columnas con los epígrafes "cobro Ferrovial", "pago a Daniel", "cobro G.P.O." y "cobro fundación" y otras anotaciones referentes a adjudicaciones de obras, lo que no guardaba relación con la actividad del Palau.
"Que apareciera Ferrovial en una columna y pagos a Daniel en otra generó la sensación de una interrelación entre unos ingresos del Palau y unos pagos que se habían ido produciendo de forma directamente relacionada con los ingresos", ha señalado Llinares, que también se ha referido al hallazgo de copias de cartas con alusiones a obras dirigidas al extesorero de CDC Carles Torrent, ya fallecido.
Llinares ha detallado cómo constató después que las cantidades incluidas en los gráficos coincidían -descontado el IVA- con las sumas de las facturas que las proveedoras de CDC New Letter, Letter Graphic e Hispart giraron al Palau de la Música por trabajos que, como sospecha la Fiscalía y han admitido administradores de esas firmas, eran para campañas electorales de la formación.
El testigo ha precisado que solo ha visto a Daniel Osàcar, extesorero de CDC que afronta siete años y medio de cárcel, en una ocasión en el Palau de la Música en que el extesorero se reunió con la presidenta, Mariona Carulla, para reclamarle el pago de unas facturas que la entidad adeudaba a la empresa Natur System, a lo que Llinares contestó que "lo que dijeran los auditores".
Llinares ha denunciado la falta de colaboración de algunos antiguos cargos del Palau, especialmente el área de contabilidad que Gemma Montull dirigió hasta un mes después de estallar el escándalo, ya que a su parecer los días posteriores al registro se destruyeron documentos en "trituradoras" y se sacaron otros del edificio, en "carritos y bolsas", como registraron las cámaras de seguridad.
En ese sentido, ha revelado que la exdirectora del Palau y responsable de mecenazgos Rosa Garicano, también acusada por el saqueo, se resistió en dos ocasiones a entregar los convenios de patrocinio entre la entidad y la constructora Ferrovial a uno de los auditores, al que echó de malos modos de su despacho.