
Santiago de Compostela, 18 dic (EFE).- La conmoción se ha apoderado esta tarde del tanatorio compostelano de Boisaca, donde se celebró el funeral por la muerte de Ana María Enjamio Carrillo, una joven de Boqueixón (A Coruña) que fue cosida a puñaladas y que ha sido enterrada en el cementerio de Santa Mariña de Grastar.
Lágrimas, rostros compungidos y rabia contenida han estado presentes en esta misa donde al final hubo un sonoro aplauso con el que intentaron, en un gesto simbólico, arropar y dar calor a esta muchacha de 25 años que recién estrenaba su primer empleo, en una filial de Citroën en O Porriño (Pontevedra), y también un vehículo.
La capilla se quedó pequeña para el aforo, pese a sus dimensiones, tanto que incluso había casi más gente fuera que dentro, y han sido decenas los autobuses que se han desplazado, entre ellos el del CSD Arzúa, puesto que su hermano juega en ese equipo.
Ana acabó este año sus estudios de Ingeniería Industrial, era una apasionada del deporte, y todos aquellos que la conocían la definen como afable, cariñosa y divertida.
Su cuerpo sin vida fue localizado en el rellano del edificio de Vigo en el que compartía piso con otras dos muchachas y, antes del fatídico crimen, había disfrutado de una cena de empresa.
La Policía Nacional ha detenido hoy a un compañero de trabajo suyo, con el que mantuvo una relación sentimental esporádica, informaron a Efe fuentes de la investigación.
La detención se produjo sobre las 11.30 horas en el hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, donde éste permanecía ingresado tras intentar quitarse la vida.