
Jerusalén/Ramala, 5 ago (EFE).- Una nueva oleada de huelgas de hambre de palestinos presos en cárceles israelíes amenaza con poner al Servicio de Prisiones de Israel contra las cuerdas y obligar a una negociación para mejorar la situación de los reclusos.
En estos momentos coinciden más de quinientos prisioneros en la protesta, que ya tiene nombre, Huelga Al Karama 2 (Dignidad, en árabe), y que es seguida por grupos con distintos motivos.
El primero en ponerse en huelga fue el preso Bilal Kayed, que cumplió el pasado 13 de junio una condena de catorce años y medio y, en vez de ser liberado, fue puesto bajo detención administrativa, figura que utiliza Israel con los palestinos y que le permite encarcelarlos sin imputación ni pruebas durante seis meses prorrogables indefinidamente.
En estos momentos está hospitalizado en estado grave y cumple hoy 52 días sin comer.
"Su situación es muy peligrosa. Está en el Hospital de Barzalei, en Ashkelon (sur de Israel), y según los médicos israelíes podría morir en cualquier momento. Le han permitido ver a su abogado, pero no a su familia", indicó a Efe el presidente del Club de Prisioneros Palestinos, Qadura Fares.
A su rechazo a alimentarse se unieron a lo largo del mes pasado decenas de presos afiliados, como él, al Frente Popular de Liberación de Palestina, que hoy ya suman 120.
"Todo empezó con la detención administrativa de Bilal, uno de los casos más injustos que pueda haber: que te saquen tras cumplir catorce años pero en vez de devolverte a tu familia te lleven ante otro tribunal militar y te mantengan preso", dijo a Efe un alto cargo palestino.
"Después se sumaron otros elementos: las redadas y los problemas que están teniendo los familiares para visitar a los presos, en parte por una decisión de la Cruz Roja y en parte por falta de permisos y obstáculos israelíes", añade.
Los últimos en unirse a la protesta fueron unos 250 reos que ayer anunciaron que harán huelga tras una redada masiva en celdas de presos afiliados a Hamás en las cárceles de Nafha y Eshel, en el sur de Israel.
Entre los huelguistas están líderes destacados de Hamás, como Hasan Salameh, Mahmud Isa o Yamal Abu Al Heja.
El Servicio de Prisiones israelí explicó que el jueves se vaciaron algunas unidades de esas instalaciones y se registraron celdas ante la sospecha de que se estaba organizando una revuelta y se habían introducido teléfonos móviles de forma irregular, informó el diario "Haaretz".
En total, 120 presos de Nafha y 135 de Eshel fueron trasladados ayer a otros centros penitenciarios.
"Hay unos 400 presos que se han puesto en huelga de hambre para protestar contra las condiciones en prisión y los abusos que sufren. Se quejan de las políticas de las autoridades, las agresiones y humillaciones a las que son sometidos", explicó Fares.
Exigen que cuando registren sus celdas, "lo hagan con respeto, sin mantenerles desnudos durante el proceso", y también que "dejen de atacarles y saquen a los presos que han sido trasladados a celdas de aislamiento".
Según él, "la huelga se podría acabar mañana mismo si el Servicio de Prisiones aceptase negociar".
En opinión del portavoz del Centro de Estudios de Prisioneros palestinos, Ryad Al Ashkar, "la situación dentro de las prisiones israelíes puede convertirse en un verdadero desastre a causa de la violencia que se está utilizando contra los presos".
"Las fuerzas israelíes han recurrido a una violencia dura y repentina contra los presos. Han cerrado secciones enteras de las cárceles de Nafha y Rimón y trasladado a unos 300 prisioneros a la de Hadarim", denunció a Efe.
Hay otros cinco prisioneros que han dejado de comer para exigir su liberación y protestar contra su prisión administrativa: los hermanos Mahmud y Muhamad Al Balbul, que empezaron la huelga el 4 y 7 de julio; Makil Al Qadi y Ayad Hreimi, que no comen desde el 15 del pasado mes, y el periodista Omar Nazal, que se puso en huelga la semana pasada.
Otros cinco presos que estaban haciendo huelga para protestar contra la decisión del Comité Internacional de la Cruz Roja de disminuir las visitas familiares de dos a solo una al mes abandonaron hoy la protesta tras un compromiso con ese organismo, que media con Israel y facilita el transporte a los familiares.
Otro prisionero, Walid Malluh Masalmeh, lleva en huelga desde el 18 de julio para exigir que le saquen de la celda de aislamiento en la que ha sido confinado los diez últimos meses.
Según la ONG palestina de ayuda a los prisioneros Adamir, Israel detiene en la actualidad a unos 7.000 palestinos, de los que más de 700 están en situación de detención administrativa.
Efe contactó sin éxito a la oficina de información del Servicio de Prisiones para recabar su versión sobre las huelgas.
Por Ana Cárdenes y Murad Al Sabi
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