Asesinado un hindú en el cuarto crimen yihadista en seis días en Bangladesh

Dacca, 10 jun (EFE).- Un responsable de un centro de meditación hindú fue asesinado hoy a machetazos en el oeste de Bangladesh, en el cuarto crimen presuntamente yihadista en seis días y el duodécimo en dos meses en este país de mayoría musulmana, informó la Policía.

El religioso sexagenario Nityarajan Pandey fue atacado en torno a las 05.30 hora local (23.30 GMT del jueves) cuando iba de camino a un hospital psiquiátrico en el que trabajaba en la zona de Hemayetpur del distrito occidental de Pabna, explicó a Efe el superintendente adjunto de la Policía del lugar, Siddiqur Rahman.

"Recibió cortes en la cabeza y el cuello de un arma afilada y murió al instante. No sabemos cuántas personas lo pudieron atacar. No hemos encontrado aún testigos", dijo la fuente.

Según Rahman, Pandey era uno de los responsables de un conocido ashram o centro de meditación, al que llevaba vinculado desde hacía alrededor de cuarenta años.

"Estamos investigando lo sucedido. No podemos destacar una línea de investigación en concreto", subrayó el mando policial, que no obstante admitió que ha recibido instrucciones desde el cuartel regional y Dacca para llevar a cabo redadas contra extremistas islámicos.

Desde el 7 de abril han sido asesinadas en distintos puntos de Bangladesh doce personas en acciones similares.

Entre las víctimas figuran un activista laico, un profesor acusado de ateo, dos activistas gais, dos comerciantes y un sacerdote hindúes, un líder espiritual sufí, un médico homeópata acusado de promover el cristianismo, un comerciante cristiano y la mencionada esposa del mando policial.

Las autoridades atribuyen a grupos extremistas locales gran parte de los cerca de 40 ataques selectivos que han ocurrido en los últimos tres años en el país y que se intensificaron desde 2015, aunque muchas de esas acciones las ha reivindicado el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

También ha reclamado algunas acciones la rama de Al Qaeda en el subcontinente indio, aunque la Policía en ese caso también apunta a una organización extremista autóctona.

El Gobierno, por su parte, ha acusado a sus principales rivales opositores de tejer una conspiración para desestabilizar el país.