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Técnicos del Samur no fueron bien informados de lo que pasaba en Madrid Arena

Madrid, 30 mar (EFE).- Los técnicos del Samur que han testificado hoy en el juicio al Madrid Arena han coincidido en que aquella noche no se les informó correctamente, ya que se les avisó de una parada cardiorrespiratoria y no de tres, no se les indicó bien dónde estaban las víctimas y no sabían que Carlos Viñals era un médico de la fiesta.

Los técnicos sanitarios del Samur han declarado hoy en la Audiencia de Madrid, que acoge la vista oral del juicio desde enero, que se encontraron tres paradas cardiorrespiratorias cuando les habían avisado de una y que les informaron erróneamente de la localización de las víctimas.

"Tuvimos suerte de encontrarnos la enfermería porque nadie nos dijo dónde estaba", ha aseverado el técnico de emergencias Jesús Jiménez, quien ha añadido que al llegar al botiquín los doctores responsables de la fiesta, Simón y Carlos Viñals, no les informaron de la situación médica de las pacientes.

De hecho, todos ellos pensaron que las paradas cardiorrespiratorias eran producto de un exceso de sustancias alcohólicas o estupefacientes, ya que nadie les informó de que había habido una avalancha.

Los sanitarios han corroborado la versión del supervisor de guardia del Samur esa noche, Antonio San Juan, -que ha declarado minutos antes- al asegurar que no vieron desfibrilador alguno ni ampollas de adrenalina y que a ninguna de las chicas se las cogió una vía para introducir la adrenalina y hacer así eficiente la reanimación cardiopulmonar.

Además, los técnicos que asistieron a las víctimas han declarado que no había restos de gel en el cuerpo de las chicas, señal de que se habría usado el desfibrilador, o marcas del mismo.

Tampoco conocían que Carlos Viñals, uno de los responsables médicos de la macrofiesta, era doctor, ya que iba vestido de calle.

Tanto es así que la psicóloga y técnico de emergencias Teresa Pachecho, que estuvo con Viñals hijo reanimando a Cristina Arce -una de las cinco fallecidas aquella noche de Halloween de 2012-, ha afirmado que tuvo que decirle que ventilase a la víctima porque no lo estaba haciendo.

"No estaba vestido ni equipado como doctor. Yo no sabía que era médico y le traté como a un civil", ha añadido la testigo.

El técnico de emergencias Jesús Jiménez también ha aseverado que ninguno de los doctores Viñals se ofreció a sustituir a su superior, Antonio San Juan, en la reanimación cardiopulmonar de una de las víctimas cuando éste salió a llamar a la central para pedir refuerzos.

San Juan, que ha testificado minutos antes, ha asegurado que "Simón Viñals estaba de pie en la puerta, sin hacer reanimación ni dar ninguna orden".

El supervisor de emergencias del Samur ha añadido que al entrar a la enfermería Simón Viñals le dijo una frase que le "sorprendió mucho" y le "causó impotencia": "Llevo toda la noche atendiendo borrachos y mira lo que me traen ahora".

Según San Juan, sólo se estaba haciendo masaje cardíaco a una de las tres chicas en parada cardiorrespiratoria y las otras dos estaban recibiendo únicamente ventilación asistida.

El equipo médico que finalmente participó en la macrofiesta estuvo compuesto por el doctor Simón Viñals, de 72 años; su hijo, Carlos Viñals, y un auxiliar octogenario, Cecilio Page, que se había jubilado en 1997, así como cuatro técnicos sanitarios contratados.

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