
Madrid, 9 mar (EFE).- Huían de la Policía serbia y querían comenzar de cero en España montando una estructura criminal estable. Para no levantar sospechas habían abierto brecha con el cultivo de marihuana, aunque sus planes delictivos eran más ambiciosos, desde extorsiones a secuestros, una actividad que ha abortado la Policía.
Doscientos agentes han participado en esta operación, denominada Novi Sad y que toma el nombre de la ciudad serbia donde esta banda criminal estaba asentada hasta mudarse a España.
Todos sus miembros han sido detenidos, 25 en total, de los que 6 han sido arrestados en República Checa y 19 en España, la mayoría en Cataluña y todos de nacionalidad serbia salvo dos españoles en la provincia de Sevilla.
Y todos pertenecientes a esta organización criminal "violenta" y "muy organizada", en palabras del comisario jefe de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), Héctor Moreno, que ha dejado claro ante la atenta mirada del responsable policial serbio que gracias a la información de sus colegas la Policía española "ha cortado de raíz" los planes que esta banda tenía en la cabeza.
"Sus antecedentes nos hacían pensar que iban a establecer en España actividades criminales de mucha entidad como extorsiones, secuestros o tráfico de drogas a gran escala", ha destacado Moreno, que ha asegurado que es normal que las organizaciones criminales sean "multifuncionales" y que sus actividades no sean violentas cuando intentan establecerse.
Fue en abril del pasado año cuando la Policía serbia alerta a la española de que unos peligrosos delincuentes se han trasladado a España huyendo del cerco policial en su país por un asesinato.
La pista serbia llevó a los investigadores españoles a localizar a estos criminales, muy profesionales y algunos con experiencia militar, en distintos puntos de Cataluña, entre ellos a su líder, del que los investigadores han preferido no dar su identidad ni demasiados detalles, salvo que "de cara al exterior se vendía como un hombre amable y de negocios".
Nada que ver con ser el jefe de una organización criminal violenta que se había adentrado en la delincuencia en España con el cultivo de marihuana indoor. Hasta seis plantaciones ya habían puesto en marcha en Sevilla y la Costa Brava catalana.
Y es que, según los investigadores, el cultivo interior de marihuana en zonas aisladas y chalés de lujo en Lloret de Mar, Blanes y Tordera apenas llamaba la atención y, por contra, les suponía unos pingües ingresos con los que iniciar otras actividades delictivas en un futuro.
Algo que ha abortado la policía y en donde reside, ha dicho José Santiago Sánchez Aparicio, comisario principal de Policía Judicial, el verdadero "éxito" de esta operación: no dejar a 25 personas instalar su organización criminal en España.
Porque historial delictivo les sobraba para hacerlo. Los detenidos cuentan con antecedentes por tenencia ilícita de armas, tráfico de drogas, lesiones y hasta tres asesinatos en su país, unos crímenes muy difíciles de perseguir pues se trata de ajustes de cuentas entre miembros de organizaciones.
En España les había cundido el tiempo. En menos de un año desde que emigraron, la banda no solo había entrado de lleno en el tráfico de marihuana, sino que para ello defraudaban al fluido eléctrico para alimentar las instalaciones.
Todo a estrenar y con materiales sofisticados, constataron los investigadores cuando descubrieron las plantaciones que les servirían para "echar raíces" delictivas y dar el salto a otras actividades con los rápidos beneficios de la marihuana que "colocaban" en países del norte de Europa a un precio superior.
Ahora la Policía le sigue la pista a un traficante marroquí con el que esta banda había establecido contacto para inaugurar otra plantación en un nave industrial de la provincia de Sevilla.
La operación deja además de los detenidos, 12 registros -11 en Cataluña y uno en Sevilla, en los que se han intervenido 54.900 euros en efectivo y 2.524 plantas de marihuana.
Para trasladar todo el material decomisado -ventiladores, lámparas de calor, transformadores o refrigeradores- la Policía ha necesitado dos furgones.
Mientras la Policía checa, que detuvo a otros seis miembros, ha practicado seis registros y desmantelado cuatro puntos de cultivo de marihuana, donde también se ha intervenido de 12.500 euros en efectivo.