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El Parlamento afgano rechaza a la primera mujer nominada al Tribunal Supremo

Kabul, 8 jul (EFE).- El Parlamento de Afganistán rechazó hoy otorgar un puesto en el Alto Consejo del Tribunal Supremo a la jueza Anisa Rasooli, la primera mujer candidata a formar parte del máximo órgano judicial en la historia del país.

En una sesión televisada en directo por la cadena del Parlamento, Rasooli recibió el apoyo de 88 legisladores, quedándose a nueve votos de los 97 que necesitaba para convertirse en una de los nueve miembros del Alto Consejo.

Tras anunciar el resultado, el segundo portavoz de la Cámara Baja, Abdul Zahir Qadir, pidió al presidente afgano, Ashraf Gani, que nomine a otro candidato para el puesto y destacó que "es decisión suya si escoge a una mujer o un hombre la próxima vez".

Activistas por los derechos de la mujer condenaron la decisión del Legislativo, que en la misma sesión aprobó el nombramiento de dos hombres como director del Banco Central de Afganistán y miembro del Alto Consejo del Tribunal Supremo, respectivamente.

La diputada y activista Shukria Barakzai se dirigió a los parlamentarios tras la votación para criticar una decisión que, consideró, "no fue correcta" y pedirles que no rechacen a la próxima candidata si el presidente Gani decide nominar a otro mujer para el puesto.

"Hoy se perdieron nuestros diez años de defensa y esfuerzos con el rechazo de la primera mujer jueza por parte de la Cámara, considerada la mayor institución democrática del país", lamentó en declaraciones a Efe la activista conocida como la doctora Alima.

Aseguró que las organizaciones civiles continuarán su lucha, ya que la "conservadora" sociedad afgana "todavía está en contra de los derechos femeninos y las mujeres no tienen acceso a sus derechos fundamentales".

Sectores conservadores de la sociedad afgana se han opuesto a la nominación de Rasooli, entre ellos el Consejo de Ulemas (clérigos islámicos) de Afganistán, que alegó que la ley islámica o sharía no permite que una mujer ocupe el puesto de jueza.

Pese a que la ley reconoce la igualdad de sexos, la sociedad afgana profesa una versión muy tradicional de la religión musulmana y mantiene a las mujeres en una situación de grave marginación, en especial en las zonas rurales, en las que reside la mayoría de la población.

Durante el régimen de los talibanes, que cayó a finales de 2001 con la invasión estadounidense, el estatus de la mujer era de ciudadano de segundo rango y, a pesar de los avances sociales, los derechos de las mujeres en Afganistán siguen siendo vulnerados 13 años después.

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