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El sospechoso enriquecimiento de un mafioso dio pie a la causa contra Crespo

Barcelona, 1 jul (EFE).- El "aumento exponencial" en apenas unos años del patrimonio del presunto mafioso ruso afincado en Lloret de Mar (Girona) Andrei Petrov puso a la Guardia Civil tras la pista del "caso Clotilde", en que el exdiputado de CiU y exalcalde del municipio Xavier Crespo está imputado por cohecho.

Así lo ha aclarado hoy el guardia civil que dirigió la investigación del caso, que ha llevado a juicio al exalcalde de Lloret de Mar acusado de aceptar dádivas del presunto mafioso ruso a cambio de favorecer sus proyectos inmobiliarios en la localidad.

En la sesión de hoy del juicio, han declarado varios de los guardias civiles que participaron en la investigación por blanqueo de capitales a Petrov -encausado en la Audiencia Nacional- y la pieza derivada de la misma que afecta a Crespo, para quien la Fiscalía pide dos años y medio de cárcel por cohecho y prevaricación.

En su declaración ante el tribunal, el responsable de la investigación, perteneciente a una unidad de la Guardia Civil dedicada únicamente a perseguir el crimen organizado de origen ruso, ha explicado que el "caso Clotilde" se inició a raíz de varias informaciones que apuntaban a un "incremento exponencial" del patrimonio de Petrov.

A través de informadores y del testimonio de personas vinculadas a Petrov y al municipio de Lloret de Mar, la Guardia Civil tuvo la sospecha de que en el ayuntamiento podrían tener lugar "una serie de corrupciones" relacionadas con el presunto mafioso, que en pocos años pasó de regentar una churrería a disponer de inversión suficiente para convertir la antigua plaza de toros del municipio en un complejo comercial e inmobiliario.

Otras de las informaciones que sustentaron la investigación, ha explicado el responsable de la misma, procedían del Servicio de Prevención del Blanqueo de Capitales (SEPBLAC), entidad dependiente del Ministerio de Hacienda que tuvo en el punto de mira a Petrov, también investigado actualmente por unas operaciones económicas que realizó a través de Banca Privada de Andorra (BPA).

En el marco de la investigación, que comportó intervenciones telefónicas autorizadas por el juzgado, la Guardia Civil sometió a vigilancia a los sospechosos, lo que motivó que en 2011 dos agentes hicieran un reportaje fotográfico de una cena que celebraron en el lujoso restaurante "Botafumeiro" de Barcelona.

A esa cena asistieron Petrov, Crespo y el exconcejal de Urbanismo Josep Valls -que también se sienta en el banquillo- y fue seguida desde muy cerca y fotografiada por dos guardias civiles que se hicieron pasar por empresarios y cuya "elevada" factura, ha bromeado el responsable de la investigación, costó justificar ante sus superiores.

En su declaración de ayer, Crespo aseguró que esa cena no la había pagado el empresario ruso y precisó que el objetivo del encuentro era recordar a Petrov que debía cumplir su compromiso de patrocinar por cuarto año consecutivo el club de hockey de Lloret, en que jugaban los hijos de Crespo, y el de fútbol.

Por otra parte, los agentes que han declarado han reconocido, a preguntas de las defensas, que no han podido probar que Petrov regalara un reloj de lujo a Crespo, como el propio mafioso ruso afirmó en una primera declaración ante la Guardia Civil de la que después se desdijo.

Los agentes han explicado que, tras la declaración de Petrov, consiguieron la factura de la joyería en la que el presunto mafioso había comprado el reloj de lujo, precisamente el día antes del cumpleaños de Crespo, pero no han podido probar que el exdiputado convergente tenga el supuesto regalo.

Los guardias civiles que investigaron el "caso Clotilde", que ha provocado la renuncia de Crespo a su escaño en el Parlament, han añadido que una de las personas que les facilitó información sobre el exalcalde fue Marc Fuertes, concejal de Millor, formación independiente que está en la oposición en el Ayuntamiento de Lloret de Mar.

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