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Miles de policías dan su último adiós a compañero asesinado en Nueva York

Nueva York, 8 may (EFEUSA).- Miles de policías despidieron hoy en Nueva York al joven oficial Brian Moore en un día soleado en que las calles del poblado de Seaford en Long Island donde vivía se vistieron de azul, en un último tributo al oficial asesinado el pasado fin de semana.

Durante el servicio religioso, en que se destacó la pasión que Moore, de 26 años, tenía por su trabajo, el mismo que ejerció su padre y tío, fue promovido a detective por el jefe de la policía, William Bratton, quien deseó que no haya que entregar otra medalla de este tipo por otra muerte de un oficial.

Recordó que hace menos de cinco meses también promovió de forma póstuma a Rafael Ramos y Wenjian Liu, asesinados dentro de su patrulla por un hombre, que luego se quitó la vida, presuntamente en venganza por la muerte de los afroamericanos Michael Brown en Ferguson y Eric Garner en Nueva York en acciones policiales.

"Él (Moore) hizo de su trabajo algo especial", afirmó Bratton.

"La muerte de Brian ocurre en un tiempo de grandes retos en este país. No podemos dejar que se nos defina por esa crítica, porque lo que se pierde en el griterío y la retórica es el contexto de lo que hacemos", dijo sobre las denuncias sobre los casos de brutalidad policial, tanto en Nueva York como otros estados.

Moore, que se había convertido en policía hace cinco años y a cuyo funeral asistieron colegas de toda la ciudad y de otros estados que en sus uniformes se mantuvieron en silencio fuera de la iglesia, murió el pasado lunes tras ser desconectado de la respiración asistida.

El oficial recibió un tiro en la cabeza que le hizo Demetrius Blackwell, con expediente criminal y exconvicto, mientras se encontraba junto a otro compañero en una patrulla, quienes prestaban vigilancia en ropa de paisano y que no tuvieron tiempo de defenderse.

"Debido a esta cobarde acción, una madre y un padre se quedaron sin su hijo, una hermana sin su hermano, y su familia y amigos con un vacío en su corazón que nunca podrá ser llenado", señalaron sus padres en una declaración escrita.

El ataúd con los restos de Moore, catalogado como un héroe y recordado además hoy por su sonrisa y bromas, recorrió por última vez las calles que amaba patrullar -donde ondeaban hoy banderas y cintas en su honor- sobre los hombros de sus compañeros que le llevaron hasta la iglesia Saint James donde se realizó el servicio, mientras se escuchaba el sonido de las gaitas.

El alcalde Bill de Blasio, que estuvo en medio de una polémica con el sindicato de la policía por manifestaciones contra la brutalidad policial que llevó a los oficiales a darle la espalda durante los sepelios de Ramos y Liu, asistió al servicio religioso, así como la presidenta del Concejo municipal, Melissa Mark Viverito.

También estuvo presente el presidente del sindicato Patrick Lynch, que en la otra ocasión anterior había pedido a De Blasio y Mark Viverito se abstuvieran de asistir a funerales de policías.

Sin embargo, hoy, los oficiales escucharon en silencio el mensaje de De Blasio, quien destacó que Moore "representó lo mejor de Nueva York".

"Fue valiente, pero su valentía fue combinada con su compasión, que llegó a través de su familia. Está en su ADN, de su padre y tío, sargentos retirados de la Policía, y de sus tres primos", también oficiales, dijo el alcalde, quien recordó que el deseo de Moore de ser policía le llevó a tomar el examen de ingreso a los 17 años.

"Y cuando lo logró se dedicó completamente a su trabajo. Se preocupaba profundamente. Trabajaba duro. Aprendió rápidamente. Siempre estaba preguntando. Fue claro para muchos que era una estrella emergente", afirmó en su mensaje.

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