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Alega que denunció al guardia civil por agresión sexual para que lo expulsaran

A Coruña, 25 mar (EFE).- Una de las dos supuestas víctimas de presuntos delitos de agresión sexual que habrían sido cometidos por un agente de la Guardia Civil ha afirmado hoy en el juicio por estos hechos que lo denunció para que lo expulsaran del instituto armado.

La sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña ha acogido hoy el proceso contra A.V.C. por unos supuestos hechos que ocurrieron en las localidades coruñesas de Santa Cruz y Sada en enero de 2012.

El Ministerio Fiscal pide siete años y seis meses de prisión para este agente de la Guardia Civil al que acusa de haber cometido, presuntamente, un delito de agresión sexual y otro de agresión sexual continuada, por los que solicita 10.000 euros entre las dos indemnizaciones.

Una de las supuestas víctimas, que tenía diecisiete años cuando sucedió, presuntamente, lo enjuiciado hoy, ha comentado que tomó la decisión de denunciar varios meses después los hechos para conseguir la expulsión del acusado de la Guardia Civil.

En su comparecencia, ha afirmado que recibió múltiples comentarios obscenos durante la noche en que ocurrió lo que denuncia y que el procesado le hizo tocamientos, primero en un restaurante en Sada, y más tarde intentó besarla cuando la siguió hasta el portal de su casa, ha relatado.

Ha asegurado que no huyó porque tanto ella como su amiga eran "pequeñas" y no sabían qué hacer lejos de su casa, en Santa Cruz, y no denunció hasta mucho tiempo después porque no quería que se supiese lo ocurrido.

El acusado ha negado cualquier tipo de tocamiento o comentario obsceno y ha sostenido que no sabía que las dos chicas eran menores de edad, de lo que se enteró durante la cena a la que ambas "quisieron ir" y que él tenía previamente organizada con un amigo.

Ya de noche acompañó a una de ellas hasta el portal "para decirle que se cuidara con sus amistades porque siempre la veía con personas que tenían antecedentes policiales" y no para intentar besarla, como asegura ella.

Preguntado por los motivos que piensa que llevaron a esta denuncia, ha opinado que "es una cuestión de dinero" y ha añadido que la abogada de una de las presuntas víctimas pidió 15.000 euros "para zanjar" el caso.

La otra supuesta víctima, que entonces tenía dieciséis años, ha hablado de tocamientos en los glúteos y ha dicho que el procesado la cogió en brazos, lo que hacía que ella se sintiese "incómoda", aunque no se atrevió a avisar a nadie de lo sucedido y renunció a denunciar para que sus padres no se enterasen, ha indicado en el juicio.

Un amigo de ambas que estaba en la cena ha dicho que vio los tocamientos, que las dos supuestas víctimas estaban "incómodas" y que una de ellas "lloraba", un comportamiento que se ha reproducido durante la sesión del juicio cuando la joven explicaba lo que recordaba.

Tanto la fiscal como la defensa han insistido en sus tesis iniciales, con los siete años y medio de cárcel que solicita la acusación y la libre absolución que pide el abogado del guardia civil que, de ser condenado, sería expulsado del cuerpo.

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