"Hay aspectos parciales de la reforma fiscal con un alto potencial de dificultad interpretativa y, por consiguiente, de futura conflictividad, con una clara proliferación de normas antiabuso", asegura la Fundación Impuestos y Competividad, entidad constituida por un amplio grupo de los grandes despachos de abogados de España, en un informe de valoración.
La reforma tributaria, en su conjunto, la califica de positiva porque aspira a reducir la carga tributaria, con fomento de la competitividad y, además, acierta al ser sensible a aspectos internacionales de la imposición, fomentar el ahorro y la autofinanciación e introducir algunas mejoras en la regulación técnica de los impuestos.
La Fundación considera que en el Impuesto sobre la Renta de las personas Físicas (IRPF) y en el de No Residentes (IRNR) las rentas del trabajo verán reducida significativamente su carga fiscal si se comparan con el ejercicio actual y los dos anteriores, lo cual es positivo porque dinamiza el consumo y genera más renta disponible en los contribuyentes.
Sin embargo, señala el informe que la rebaja fiscal es discutible, puesto que será de un 10 por ciento si la renta es inferior a 30.000 euros; inapreciable entre 30.000 y 100.000; e incluso incrementada en superiores a 100.000 euros anuales.
Por ello, entienden que la reforma fiscal es continuista respecto a 2011 y critican, además, la supresión de la exención de la entrega de acciones a los trabajadores, ya que la medida alineaba creación de negocio y compromiso por parte de los empleados.
En el capítulo de las mejoras, destaca la Fundación, las realizadas en relación con el tratamiento de las rentas de trabajo irregulares y la desvinculación de la retribución de los administradores del régimen de operaciones vinculadas.
Ve positivo el informe, el mantenimiento de los incentivos fiscales al mercado de la vivienda en alquiler, aunque se critica que no se hayan integrado estas rentas en la base del ahorro, que no se haya eliminado el gravamen sobre las rentas presuntas inmobiliarias y que no exista un régimen transitorio para la supresión de los coeficientes de actualización para el cálculo de plusvalías inmobiliarias.
La fiscalidad del ahorro mejora en términos de neutralidad por la reinclusión de las plusvalías a corto plazo en la base imponible del ahorro y la posibilidad de compensar las rentas financieras de diferente signo en esa misma base evita tener que optar por uno u otro producto financiero condicionados por la fiscalidad.
Sin embargo, y aunque la reducción de tipos impositivos puede considerarse menor de lo que sería deseable, la Fundación entiende que "esa reducción está condicionada por las demandas de instancias internacionales y exigencias de equilibrio presupuestario".
Destacan también, que en el Impuesto sobre Sociedades hay ciertas medidas en la reforma que inciden negativamente en la competitividad de la empresa y que provocan un alejamiento entre base imponible y resultado contable (exclusión de deterioros de activos financieros y de inmovilizado material; posponer pérdidas en operaciones con participadas o establecimientos permanentes o limitar la compensación de pérdidas, etc.).
En materia internacional, y a pesar de que evitar la doble imposición es un buen paso, sin embargo, queda condicionado por las reglas sobre la transparencia fiscal internacional (exclusión del 15 por ciento).
Además, estas medidas pueden en algunos casos llegar a gravar exageradamente estructuras económicas reales e impedir tanto la expansión de nuestras multinacionales como la movilidad del capital fuera de nuestras fronteras.
En fiscalidad internacional se valora el régimen de impatriado, pero critica la exit tax y el tratamiento de la transparencia fiscal. Las críticas en el IVA se centran en el excesivo peso de las exigencias formales.