San Juan, 7 mar (EFEUSA).- Las calles y carreteras de Puerto Rico se han convertido en escenario de una lucha desigual entre automóviles y un creciente número de ciclistas que se ha cobrado la vida de tres personas en lo que va de año, la última de ellas anoche.
La muerte de un joven que se desplazaba por una carretera de Moca, un municipio del noroeste de Puerto Rico, trae a la actualidad un problema de inseguridad en las carreteras de la isla que aumenta conforme la fiebre de la bicicleta se esparce como la espuma por la isla caribeña.
Los datos aportados por la Policía señalan que en 2013 murieron atropellados 10 ciclistas, una pequeña mejora respecto a los 16 que se dejaron la vida en 2012, coincidiendo ese año con la explosión de popularidad del uso de la bicicleta en Puerto Rico.
El accidente mortal de Moca repitió el tradicional patrón de ciclista impactado por un vehículo cuyo conductor se dio a la fuga, un tipo de comportamiento ya habitual en las peligrosas carreteras de Puerto Rico.
La difícil convivencia entre ciclistas y conductores de automóviles quedó escenificada el pasado 8 de diciembre cuando los aficionados a las dos ruedas protagonizaron por las principales avenidas de San Juan la que bautizaron "Bici-Marcha".
La iniciativa reunió a cientos de aficionados a ese deporte y medio de transporte que recorrieron el centro de San Juan para concentrase ante la sede del Legislativo, donde se guardó un minuto de silencio por los compañeros fallecidos en las últimas fechas.
La marcha respondió a la muerte un mes antes del ciclista aficionado Josué Gabriel Ramos Ortiz, que fue atropellado en el municipio norteño de Vega Baja por un conductor que como es habitual se dio a la fuga.
La muerte de ese ciclista causó especial conmoción al ser grabada por la cámara de seguridad de un negocio cercano y difundida posteriormente en las redes sociales.
"El problema responde a la falta de conocimiento por ambas partes", señala a Efe Rafael Robles, fundador de Ecomensajería, un negocio alternativo con base en San Juan que cuenta con 13 empleados que con sus bicicletas tratan de competir en rapidez y eficiencia con las empresas de mensajería tradicionales.
Robles cuenta que su experiencia de años sobre la bicicleta le lleva a pensar que la solución está en una mejor educación, tanto para ciclistas como para conductores.
"Creo que se precisa de mucha consideración de las dos partes", dice este emprendedor que sabe de primera mano lo que son los accidentes, de los que han sido víctima varios de sus empleados.
Robles apunta que la bicicleta ha venido para quedarse dada la ventaja que ofrece en un momento de crisis económica en el que los costes de gasolina aumentan sin freno y que por ello hay que plantearse cómo conseguir una mejor convivencia.
"En Puerto Rico antes nadie utilizaba el cinturón de seguridad y ahora es una norma común", concluyó de forma optimista sobre un deseado cambio de actitud entre los conductores, aunque sin olvidar que también se debe de poner de su parte por el lado de los ciclistas.
La convivencia entre todos los usuarios de carreteras y calles en la isla afecta, incluso, a la clase política, uno de cuyos representantes, José Luis Rivera Guerra, legislador del Partido Nuevo Progresista, fue atropellado en marzo de 2011 mientras se entrenaba en el noroeste de la isla, incidente del que se recuperó.
La alarma provocó que el gobernante Partido Popular Democrático promoviera durante 2013 una serie de medidas para mejorar la seguridad en las carreteras, que en los últimos cinco años le ha costado la vida a 63 ciclistas en Puerto Rico, según datos de la Comisión para la Seguridad en el Tránsito.