
Madrid, 7 nov (EFE).- Los abogados de los familiares del abogado madrileño Alfonso Díaz Moñux asesinado en 2008 han atribuido hoy en la Audiencia Provincial de Madrid el crimen a "asesinos a sueldo", mientras que los representantes de los acusados han negado su participación en los hechos.
Durante la sesión de hoy, las partes han formulado sus alegaciones en el juicio con jurado popular a los ocho procesados que se enfrentan a penas que oscilan entre 15 y 24 años de prisión por los delitos de asesinato alevoso mediante precio, conspiración para cometer asesinato y tenencia ilícita de armas.
En concreto, hoy han intervenido las tres acusaciones particulares, que representan a los familiares de la víctima, así como las defensas de los procesados.
El abogado del hermano de la víctima ha explicado que Alfonso Díaz Moñux fue "vilmente" asesinado cuando se encontraba a la entrada del garaje de su casa por "sicarios" que se reunieron para hablar del encargo de matar a una persona por dinero.
Por su parte, el letrado de la mujer y las dos hijas de la víctima ha afirmado que todos los acusados participaron "activamente" en el asesinato y fueron contratados para cometer el crimen a cambio de "un precio y una recompensa".
El representante legal de los padres de la víctima ha pedido un veredicto de culpabilidad para los procesados como autores del asesinato, "minuciosa y fríamente" planificado y ejecutado, mediante pago o precio, de una persona contra la que ninguno de ellos tenía ningún motivo de agravio o animadversión.
Las acusaciones particulares han destacado la importancia de la localización en el domicilio de uno de los procesados, José Alexander A.A., alias "Zarco", de un informe con fotografías del abogado asesinado y su pareja, María Tania V.O., tanto en su vivienda como en su despacho, así como del informe policial sobre la posición de los teléfonos móviles utilizados por los acusados.
El abogado de uno de los procesados, José Alexander A.A., para quien la Fiscalía pide quince años de prisión por un delito de conspiración para cometer asesinato, ha indicado que su defendido no ha tenido ninguna vinculación con los hechos que han tenido como resultado la muerte de Díaz Moñux.
La letrada de otro de los acusados, Jhonny Alexander E.O., ha dicho que los autores intelectuales del asesinato no están entre los procesados y que su cliente es "una víctima propiciatoria", a la vez que ha subrayado que, un año antes de que lo mataran, en 2007, Díaz Moñux denunció ante la Policía que se sentía amenazado por David Pérez Lago, hijastro del narcotraficante gallego Laureano Oubiña.
El representante de otro de los acusados, John Edwars M.F., ha negado que los procesados sean "asesinos a sueldo", puesto que llevaban "una vida normal" en España, al tiempo que ha precisado que "no hay ninguna prueba" de la participación de su cliente en ninguna acción tendente a acabar con la vida de Alfonso Díaz Moñux.
También ha negado la participación de su defendido en los hechos la abogada de otro de los acusados, Ibrahim A.A., conocido como "Tom", tras insistir en que la víctima y su pareja denunciaron ante la Policía que se sentían amenazados por el clan de los Oubiña.
El letrado de otros dos acusados, los hermanos Javier G.H. y Fernando G.H., ha defendido la inocencia de sus clientes, así como la falta de pruebas de su participación en los hechos.
Igualmente, el representante de otro de los procesados, Francisco G.A., padre de los dos hermanos, ha asegurado que su defendido es inocente y ha recalcado que no se le puede condenar por indicios tan "endebles" como la posición de su teléfono cerca del bufete profesional del abogado asesinado o el hallazgo de 23.000 euros en el registro de su domicilio.
Por último, la abogada de otro de los acusados, Miguel Ángel D.A., ha defendido la inocencia de su cliente y ha rechazado que se le incrimine en esta causa por atribuirle la titularidad de un teléfono móvil que "jamás ha sido de su propiedad".
El abogado Alfonso Díaz Moñux fue tiroteado hacia las 21:30 horas del 18 de diciembre de 2008, cuando, junto a su compañera sentimental, accedía al garaje de su vivienda, situada en el número catorce de la calle Antonio Rodríguez Villa, en el madrileño distrito de Chamartín.