Río de Janeiro, 29 oct (EFE).- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, lamentó hoy la muerte de un joven negro que fue tiroteado el domingo por un policía en Sao Paulo y cuyo asesinato generó una oleada de violentas protestas en la mayor ciudad brasileña.
Tras la muerte de Douglas Rodrigues, de 17 años y morador de la periferia de Sao Paulo, centenares de habitantes de la zona se han enfrentado a la policía en diversos momentos y anoche cortaron el tráfico en una autovía y quemaron siete vehículos en unos disturbios que se saldaron con 77 detenidos.
Rousseff aseguró que la violencia en las periferias de las ciudades, las más afectadas por la pobreza y la inseguridad, son "la manifestación más fuerte de las desigualdades de Brasil".
Asimismo señaló que, al igual que Rodrigues, "millares de jóvenes negros de las periferias son víctimas cotidianas de la violencia".
La policía militarizada brasileña informó de que el tiro que recibió el joven Rodrigues fue "accidental" y que se produjo cuando los agentes atendían una denuncia por "perturbación de la tranquilidad" en esa zona.
El adolescente fue atendido por los servicios sanitarios de urgencia, pero no consiguió sobreponerse a las heridas.
Algunos vecinos aseguraron que el disparo se produjo cuando el agente aún estaba dentro del coche, lo que desmentiría la versión del oficial de la policía militarizada, que aseguró que su arma se disparó cuando se golpeó con la puerta del vehículo al salir de este.
Actualmente el agente de policía se encuentra detenido y acusado de homicidio involuntario.