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Mayor grupo criminal brasileño pretendía participar en política, según un diario

Sao Paulo, 11 oct (EFE).- La fiscalía del Estado de Sao Paulo ha descubierto el funcionamiento del mayor grupo del crimen organizado de Brasil, llamado Primer Comando de la Capital (PCC), del que dice que pretendía participar en política y matar al gobernador, Geraldo Alckmin, informó hoy un diario local.

La actividad del PCC, que "domina" el 90 % de las cárceles en Sao Paulo y fue responsabilizado de los ataques en mayo de 2006 contra policías y autobuses en todo el estado que causaron casi 300 muertos, se extendió a 22 de los 27 estados de Brasil e "instaló bases internacionales" en Bolivia y Paraguay, según el informe difundido por el diario O Estado de Sao Paulo.

La investigación del Ministerio Público del Estado de Sao Paulo destaca que el PCC actúa desde las cárceles, en las que fueron denunciadas por los agentes la actividad de 175 personas de ese grupo.

Además, la fiscalía pidió a la Justicia que pasar al Régimen Disciplinario Diferenciado, una especie de aislamiento, a 32 integrantes de la cúpula del PCC, que están presos en la ciudad paulista de Presidente Venceslau.

El Grupo de Actuación Especial de Represión al Crimen Organizado (GAECO) del Ministerio Público regional investigó a partir de la interceptación telefónica, de declaraciones de testigos y de informes recogidos durante la incautación de drogas y armas.

Según la investigación, el PCC pretendía el rescate de algunos presos, atentar contra autoridades policiales e, incluso, participar de actividades políticas.

El diario añade en su web el análisis de escuchas telefónicas que realizó según el cual jefes de una cuadrilla del grupo criminal mantuvieron una conversación en 2011 en la que critican la actuación de Alckmin y que "lo decretaron" (decidieron matarlo).

El grupo recauda unos 120 millones de reales (unos 40 millones de euros) anuales por sus negocios de tráfico de drogas, una lotería que funciona en las cárceles y algunos barrios paulistas y contribuciones de "donantes".

La facturación, sin contar el beneficio por negocios particulares de los criminales, colocaría al PCC entre las 1.150 mayores empresas brasileñas, según la investigación.

De acuerdo con la información, el narcotraficante paraguayo Carlos Antonio Caballero "Capilo" y los brasileños Claudio Marcos Almeida "Dyango", Rodrigo Felicio "Tiquinho" y Wilson Roberto Cuba "Rabugento" son los principales proveedores de las drogas.

El PCC hizo un censo interno que determinó la conformación del grupo con 6.000 miembros que están detenidos en las cárceles paulistas y 3.582 en libertad en los otros 22 estados, Bolivia y Paraguay, además de un arsenal de armas y siete millones de reales (2,3 millones de euros) "enterrados" en varios lugares.

En una de las interceptaciones telefónicas en las cárceles, el apuntado como cabecilla del PCC, Marco Willians Herbas Camacho "Marcola", decía a otro alto miembro del grupo que había conseguido erradicar el consumo de "crack" dentro de los centros penitenciarios de Sao Paulo y que gracias al control ejercido por el "comando" se redujo la criminalidad en el estado, según el diario.

"Una sentencia de muerte tiene que ser refrendada por un tribunal del 'comando'. Hoy matar a alguien se hace con la mayor burocracia. Entonces fue el PCC el que redujo la criminalidad y los homicidios cayeron, pero veo al gobernador (Geraldo Alckmin) diciendo que fue él", agregó Marcola en la conversación telefónica.

Los medios locales aseguraron que la muerte de cuatro de los cinco asesinos del niño boliviano Brayan Yanarico Capcha, de 5 años tiroteado durante un asalto en junio pasado en Sao Paulo, habría sido ordenada por el PCC por violar los "códigos" de la organización y porque el padre de Marcola era un inmigrante de Bolivia.

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