Condenan a ocho años de cárcel a abuela latina por la muerte de su nieto

Denver (CO), 2 ago (EFE).- Un juez del condado de Adams (al norte de Denver) sentenció hoy a Becky Trujillo a ocho años de prisión, el máximo permitido por la ley, por la muerte, por negligencia criminal, de su nieto, de 4 años, a principios de 2012.

Durante la audiencia de sentencia, Trujillo, de 61 años, le pidió al juez que no se la condenase a la cárcel: "No lo merezco. Soy una buena persona".

Pero tanto el fiscal a cargo del caso como los mismos familiares de Trujillo pidieron que se la condenase al máximo de ocho años.

El 14 de febrero de 2012 la policía arrestó a Trujillo en su vivienda en Commerce City, donde se halló a su nieto, Gabriel, desnudo y herido, respirando pero sin responder. El niño murió tres días después.

En junio pasado, un jurado declaró a Trujillo culpable de abuso infantil causante de serias heridas corporales y muerte. El jurado también declaró a Trujillo no culpable del cargo de asesinato en primer grado.

En un primer momento, Trujillo habría dicho que Gabriel se había caído de una silla y se había golpeado la cabeza contra el suelo.

Luego, los médicos en el Hospital de Niños de Denver detectaron que el menor padecía además de hipotermia y tenía golpes y moretones en todo su cuerpo.

Sin embargo, en ese momento, los médicos no pudieron confirmar si el estado del niño era el resultado de abuso infantil. Por eso, ni la Policía local ni el departamento de servicios sociales intervinieron.

Pero la intervención de la familia paterna de Gabriel, que ya había intentado denunciar los abusos en más de una ocasión, y de los maestros de Gabriel llevó a reabrir el caso.

Durante el juicio, varios testigos, incluyendo Christine Trujillo (madre de Gabriel), indicaron que el pequeño era víctima de abusos por parte de su abuela, como obligarlo a comer desperdicios de la basura, atarle una campana en la pierna para que no se escapase o dejarlo desnudo en el frío para castigarlo.

Christine Trujillo perdió la custodia de su hijo por problemas de abuso de drogas.

Por su parte, la defensa había argumentado que las heridas de Gabriel eran accidentales y que su abuela lo llevaba regularmente al médico, sin faltar a las citas, indicando que la abuela cuidaba apropiadamente a su nieto.

Pero, según la fiscalía, fueron las inconsistencias en las razones que dio Trujillo para explicar las heridas de Gabriel las que probaron su culpabilidad.