Ecoley

Los policías justifican su actuación en la matanza ocurrida en una cárcel brasileña en 1992

Sao Paulo, 30 jul (EFE).- Los defensores de 26 policías que son juzgados por su supuesta responsabilidad en la matanza de 111 presos ocurrida en 1992 en una cárcel brasileña justificaron la represión y la atribuyeron hoy a la necesidad de poner fin a un violento motín.

En la segunda jornada del juicio, que se refiere a lo que se conoce como "masacre de Carandirú", en alusión a una cárcel de Sao Paulo ya demolida, los abogados presentaron diversos testigos, que coincidieron en que la acción policial que acabó en 111 muertes "fue necesaria".

Uno de ellos fue el juez Ivo de Almeida, quien en la época era fiscal de los presidios de Sao Paulo, y estuvo el 2 de octubre de 1992 en el penal antes de que se desencadenara la acción policial.

"Cuando llegamos, hubo intentos de negociación" con los presos que habían tomado el control de la cárcel, "pero no hubo éxito" y "la invasión fue necesaria", declaró de Almeida.

Esa tesis fue sustentada por otros dos testigos, incluido el entonces gobernador de Sao Paulo, Luiz Antonio Fleury, quien también declaró hoy ante el tribunal y garantizó que la acción de la policía fue "legítima y necesaria", aunque dijo condenar los "excesos".

Tal como otros testigos presentados por la defensa, Fleury dijo que muchos de los detenidos estaban armados y se enfrentaron a la policía, que "no tuvo otro remedio que actuar".

El juicio contra los 26 policías corresponde a la segunda fase del proceso, que comenzó en abril pasado y ya ha condenado a 156 años de cárcel a 23 agentes acusados de la muerte de trece presos que fueron hallados sin vida en sus celdas.

La cárcel, entonces la mayor de Sao Paulo, era considerada por organizaciones de derechos humanos como la mejor muestra del caos que, sostienen, existe aún hoy en el sistema penitenciario del país.

Para esas mismas organizaciones, las cosas no han cambiado mucho en las últimas dos décadas y, según datos oficiales, en Brasil están recluidas hoy unas 514.000 personas que se hacinan en penales cuya capacidad solamente permitiría albergar al 70 % de ellas.

La cárcel de Carandirú fue desactivada en 2002 y el lugar fue convertido en un parque público.

El caso fue llevado al cine a través de la galardonada película "Carandirú", del director argentino Héctor Babenco, y también a la literatura, con libros como "Estaçao Carandirú", del médico y presentador de televisión Drauzio Varela, quien en la época trabajaba en el presidio.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky