
Bruselas, 25 jul (EFE).- La Comisión Europea (CE) aprobó hoy el plan de reestructuración de la entidad bancaria española Banco Gallego y su venta al Banco Sabadell, al considerar que se ajustan a la legislación comunitaria y porque aseguran su viabilidad a largo plazo sin ayuda pública.
El plan "garantiza su retorno a la viabilidad a largo plazo sin el apoyo continuado del Estado, como parte del Banco SABADELL (SAB.MC) al tiempo que prevé una contribución propia suficiente a los costes de reestructuración", dijo el Ejecutivo comunitario en un comunicado.
Tras analizar la operación prevista, la Comisión concluyó que el coste de la venta, "incluidas otras medidas de apoyo", es inferior al coste de la simple liquidación del banco, a la vez que destaca que el proceso de selección del comprador respondió a la mejor oferta en el mercado.
También subraya que gracias a esto, "se redujo al mínimo el importe de la ayuda necesaria".
"La Comisión considera que las medidas de reestructuración propuestas permitirán al Banco Gallego recuperar su viabilidad a largo plazo gracias a su integración en una entidad de crédito sólida", insistió.
La Comisión recordó que está previsto que el Banco Gallego, actualmente propiedad de la nacionalizada Novacaixagalicia, sea adquirido por al Banco Sabadell, que llevará a cabo una "profunda reestructuración" del mismo y lo integrará en su propio negocio, tras lo que desaparecerá como entidad independiente.
La CE dijo que la transferencia de los activos de Banco Gallego a la sociedad de gestión de activos (la SAREB, conocido como el "banco malo") "limita aún más el impacto de la mayor devaluación de los activos de más riesgo y contribuye a restaurar la viabilidad".
Bruselas afirmó que las pérdidas que el Banco Gallego y sus accionistas tendrán que asumir garantizan, junto con las medidas de reestructuración, un "reparto satisfactorio de las cargas y una contribución propia adecuada a la financiación de los costes de reestructuración".
Finalmente, indicó que la desaparición del Banco Gallego como entidad autónoma contribuye a evitar que éste ejerciera una competencia desleal frente a otros bancos, debido a la ayuda pública recibida.
El Banco Gallego nació de la fusión del Banco 21 y del Banco Gallego en 1998 y opera principalmente en la región de Galicia, donde se centraba tradicionalmente en los segmentos de las pymes y la banca de primera línea (personal y privada).
Posteriormente, el Banco Gallego inició un proceso de expansión geográfica y ampliación de su negocio, con lo que comenzó a operar en el sector inmobiliario.
Actualmente es propiedad de Novacaixagalicia, que adquirió el 100 % de las participaciones en el mismo el pasado 29 de enero de 2013, tras una absorción de pérdidas y una ampliación de capital, de modo que quedó completamente nacionalizado.
La CE recordó que Novacaixagalicia y las autoridades españolas se comprometieron a vender el Banco Gallego en el marco del plan de reestructuración.
También calcula que esta entidad habría recibido ayudas públicas por valor de unos 867 millones de euros en forma de aportaciones de capital o medidas equivalentes, y unos 806 millones de euros en garantías.
Estos montantes formaron parte de las operaciones para rescatar los activos deteriorados y de la ayuda abonada en el contexto de la venta al Banco Sabadell.
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