
Barcelona, 21 may (EFE).- El diputado del PSC Daniel Fernández ha negado hoy que presionara a la alcaldesa de Montcada i Reixac (Barcelona) para colocar a una exalto cargo del tripartito en el consistorio y ha alegado que se limitó a "compartir" su opinión con la edil, al creer que la plaza era para un cargo de confianza.
El ex secretario de Organización del PSC, así como el exalcalde Sabadell (Barcelona) Manuel Bustos y su hermano Francisco, concejal socialista en este municipio, han declarado hoy como imputados ante el magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que investiga si presionaron a la alcaldesa de Montcada, Maria Elena Pérez, para que contratara a la exalto cargo del tripartito Carmina Llumà como responsable de Urbanismo.
El TSJC imputó por tráfico de influencias a los tres cargos socialistas en base a varias conversaciones telefónicas intervenidas, en una de las cuales Fernández comentó a Manuel Bustos que había hablado con la alcaldesa sobre el proceso de selección que Montcada había encargado a una empresa externa para cubrir la plaza, en el que inicialmente Llumà fue descartada.
"Que cojan a la empresa y al 'no apta' que le quiten el 'no', ¿vale?", afirmó Fernández a Bustos en esa conversación de 18 de mayo de 2012, apenas diez días antes de que la alcaldesa nombrara a Llumà.
Según han informado fuentes judiciales, en su declaración ante el juez Fernández ha asegurado que fue Maria Elena Pérez quien se dirigió a él para pedirle ayuda para cubrir el cargo de director del área territorial del consistorio, ante los múltiples problemas de urbanismo que arrastraba el municipio.
De acuerdo con su versión esgrimida ante el juez, que también ha mantenido ante la prensa, Fernández se limitó a "compartir" con la alcaldesa su opinión sobre la persona más idónea para cubrir la plaza, que, ha afirmado, coincidía "claramente" con la candidata que Maria Elena Pérez había elegido ya de antemano.
Fernández ha insistido en que en este caso, que le ha costado el cargo de secretario de Organización del PSC, "asumió sus responsabilidad" como dirigente del partido, al dar su opinión a la alcaldesa sobre una plaza que debía cubrirse en Montcada i Reixac y que él pensó que estaba destinada a un cargo de confianza, sin que fuera necesario un proceso de selección externo.
El diputado socialista ha remarcado que los comentarios telefónicos en que se basa su imputación son "conversaciones privadas, con una manera de expresarse determinada", pero que todas ellas tienen un "contexto" que las explica.
En ese contexto ha enmarcado sus expresiones "al 'no apta' que le quiten el 'no'" o "para eso hace tiempo que tienen contratada una empresa. Ríete, ríete Pepita", con las que, ha argumentado a la prensa, trataba de manifestar su "sorpresa" por un proceso de selección cuya existencia desconocía hasta entonces.
Además, ha justificado que, en sus conversaciones con Bustos, usara el término "nuestra candidata" para referirse a Llumà en la coincidencia de opiniones que la aspirante merecía tanto para él como para la alcaldesa de Montcada.
También ha admitido expresiones desafortunadas sobre Maria Elena Pérez, a la que los imputados aludieron en sus conversaciones con términos como "nuestra alcaldesa preferida", "chica" o "tonta del culo".
El juez ha ordenado reproducir ante Fernández las tres conversaciones sobre el caso que mantuvo con Manuel Bustos, en las que el diputado socialista ha reconocido su voz y la de su interlocutor.
Sin embargo, el exalcalde de Sabadell, que ha comparecido ante el juez por la mañana, ha afirmado que no se reconocía en las conversaciones intervenidas, que han sido impugnadas ante los tribunales por su defensa.
Bustos ha asegurado ante el juez que no presionó a la alcaldesa de Montcada, ya que ni intervino ni propuso el nombramiento de Llumà, según ha sostenido ante los periodistas tras su declaración judicial.
El exalcalde de Sabadell ha recordado que la propia Maria Elena Pérez ya sostuvo ante el juez el pasado viernes que Llumà era su candidata "preferida" y que no recibió presiones para contratarla, por lo que, ha agregado, su papel se limitó a "compartir la preocupación" de la alcaldesa ante las dificultades que había para que Llumà superara la criba, tras ser declarada inicialmente como no apta.