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El indigente atacado por cabezas rapadas declara que no se merecía lo que recibió

Madrid, 13 mar (EFE).- El indigente que fue presuntamente agredido el 23 de agosto de 2009 por un grupo de cabezas rapadas mientras dormía en un fotomatón ha dicho, en la Audiencia Provincial, que no merece la paliza que recibió y ha confesado que no recuerda nada de lo que sucedió aquella noche.

"No me merezco lo que recibí", ha indicado Rafael Santamaría, un mendigo que estaba pasando la noche en la calle Arcipreste de Hita, en el distrito madrileño de Moncloa, y que sufrió un traumatismo craneoencefálico con contusión hemorrágica, que requirió una curación de 541 días.

En el banquillo de los acusados se han sentado Javier R.B., Mykhaylo T., María Leticia G.D. e Iván L.G., los cuatro jóvenes "cabezas rapadas" procesados por un delito de lesiones, ya que el quinto miembro que participó en el ataque se declaró en rebeldía.

El Ministerio Fiscal y las acusaciones particular y popular han solicitado la penas de doce años de cárcel para los dos primeros acusados como autores y diez años para los otros dos como coautores, al considerar probado que todos participaron en la agresión.

En relación a María Leticia G.D. e Iván L.G., el fiscal ha pedido que en caso de que no se les condene por este delito, se les aplique una pena de dos años de prisión por no auxiliar a la víctima.

Los tres abogados de los procesados han reclamado, por su parte, la libre absolución de sus defendidos, si bien los letrados de Javier y Mykhaylo han culpado a sus respectivos clientes de la agresión.

En su declaración, el indigente, que sufre un problema de personalidad previo a la agresión, ha afirmado que solo recuerda el momento de tumbarse en la acera y que cuando despertó ya se encontraba en el hospital.

La víctima ha negado ser un mendigo, al explicar que tuvo que pasar la noche en la calle debido a que la grúa se llevó su coche y no tenía dinero, ya que él reside en Zamora donde tiene casa y trabajaba como masajista antes de la agresión, si bien ahora no encuentra trabajo por las lesiones causadas.

En la vista oral han intervenido también los dos únicos testigos presenciales, una pareja que ha relatado desde su coche observaron a un grupo en el que una persona propinaba patadas a otra que estaba en el suelo.

No se bajaron del vehículo por miedo, han explicado, dado que por la vestimenta de esas personas pensaron que pertenecían a un grupo neonazi y esperaron a que se fueran para socorrer a la víctima y llamar al 112.

En el turno de última palabra, los cuatro acusados han rechazado ser los responsables de la agresión así como ser miembros de un grupo de extrema derecha.

"Estoy de acuerdo con el fiscal en que es de cobardes agredir a alguien que está durmiendo en la calle", ha explicado Mykhaylo, mientras que Javier ha reconocido que lo único que hizo mal aquella noche fue "estar en el sitio menos adecuado".

Iván ha declarado que "jamás haría ni permitiría" que nadie hiciera algo así, y María Leticia ha negado estar presente en el lugar junto al grupo.

Al lugar de los hechos acudieron dos policías nacionales, quienes han comentado que la víctima se hallaba junto a un fotomatón rodeado de un charco de sangre.

Debido a las secuelas, han precisado los médicos forenses, el indigente no puede realizar ningún trabajo que necesite de mucha atención, y han agregado que la agresión ha transformado más su personalidad.

El hermano de la víctima, Luis José, ha apuntado que Rafael "tiene problemas para relacionarse y no es capaz de mantener conversaciones fluidas", cuando antes era una persona "afable y con mucha relación con la gente".

Por su parte, el policía encargado de la instrucción y que es inspector de un grupo de investigación de ultraderecha, ha subrayado que localizaron a los cabezas rapadas por las cámaras de seguridad de un bar cercano al que acudieron después de la agresión, y tras hablar con Javier, quien les "contó todo".

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