
Moscú, 20 feb (EFE).- La Fiscalía general de Ucrania tiene suficientes pruebas que incriminan al expresidente ucraniano Leonid Kuchma, al frente del país entre 1994 y 2005, en el asesinato del periodista Gueorgui Gongadze, aseguró hoy el fiscal adjunto de la exrepública soviética, Renat Kuzmín.
"Tenemos pruebas suficientes que demuestran la implicación de Kuchma en este delito. Ahora estamos con su investigación y la recogida de todas las pruebas posibles", dijo Kuzmín en declaraciones a la emisora de radio rusa "Eco de Moscú".
El juzgado de Pechora (Kiev) desestimó en diciembre de 2011 la imputación de la Fiscalía general al segundo presidente ucraniano "de abuso de poder y de impartir órdenes ilegales a funcionarios del Ministerio del Interior que condujeron al asesinato del periodista".
El autor material del asesinato de Gongadze, el confeso Alexéi Pukach, un general retirado de la Policía, fue condenado a cadena perpetua a finales del pasado mes de enero.
Tras leer la sentencia condenatoria, el magistrado Andréi Melnik le preguntó a Pukach si había entendido el dictamen.
"Entenderé la sentencia cuando a mi lado estén sentados Kuchma y (Vladímir) Litvín", respondió el condenado en alusión al expresidente y al entonces jefe de su administración presidencial.
Gongadze, redactor jefe del periódico electrónico "Ukraínskaya Pravda", desapareció el 16 de septiembre de 2000 y casi dos meses después su cadáver decapitado fue hallado en un bosque en las afueras de Kiev.
Poco después del hallazgo del cadáver, uno de los guardaespaldas de Kuchma, Mikola Melnichenko, difundió unas grabaciones hechas en el despacho del entonces jefe del Estado en las que una voz parecida a la de Kuchma pedía al ministro del Interior, Yuri Krávchenko, tomar medidas contra el periodista opositor.
Aunque expertos estadounidenses confirmaron la autenticidad de las cintas, Kuchma siempre lo negó e insistió en que la legislación ucraniana no admite grabaciones de audio como prueba.
Krávchenko, destituido en 2001, se suicidó en marzo de 2005, poco después de ser llamado a declarar a la Fiscalía, en unas circunstancias extrañas que hicieron sospechar que fue un asesinato.
En marzo de 2007, tres policías fueron condenados a penas de entre 12 y 13 años por la detención ilegal y el asesinato premeditado del periodista.