
Barcelona, 14 feb (EFE).- La detective que ha admitido que hizo un barrido electrónico en la sede del PSC en busca de micrófonos ocultos ha dicho hoy que se siente "víctima colateral" del supuesto caso de escuchas ilegales a la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho.
En declaraciones a EFE TV, Elisenda Villena, que trabajó en la agencia Método-3 hasta hace siete meses, ha admitido hoy que prestó servicios de seguridad en el interior de la sede barcelonesa del PSC por ser una persona "de confianza", pero ha negado haber hecho trabajos de escucha ilegal.
Elisenda Villena, de 51 años y que algunos medios mencionan como la persona que gestionaba los encargos que hacía el PSC a Método-3, ha asegurado no saber nada sobre la supuesta grabación de una conversación entre la presidenta del PPC, Alicía Sánchez-Camacho, y la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola María Victoria Álvarez, en un restaurante de Barcelona.
"Aquí está implicado todo el mundo y la noticia soy yo", se ha lamentado al referirse a este caso de presuntas escuchas ilegales, del que se siente "víctima colateral".
Sí ha reconocido que cuando estaba en Método-3 llevó el caso del barrido electrónico en el PSC porque era la única directora de seguridad titulada y este tipo de temas los hacía ella.
En cuanto al tema de las escuchas en el restaurante La Camarga, de Barcelona ha afirmado: "Ni sé, ni me consta, ni he oído más que lo que se ha publicado de este asunto", y ha añadido que no frecuenta ese restaurante, ni conoce a su dueña.
Ha indicado que desconoce porque su nombre se ha asociado a este caso de escuchas ilegales y, preguntada por si el hecho de ser hermana de una responsable del PSC podía ser el motivo, ha respondido que "tal y como funciona la prensa, que parecen correveidiles... pero no puedo hablar de lo que no sé".
Por el momento, Villena, que se encuentra en paro, no se plantea presentar una querella por el hecho de que su nombre haya aparecido en prensa. "No soy una gran corporación, ni un partido político, ni una gran empresa".
No obstante, tampoco lo descarta, a la espera de "ver si se aclaran las cosas por sí solas o alguno de los implicados, porque aquí está implicado todo el mundo y la noticia soy yo... lógicamente tendré que hacerlo", indica.
La detective ha considerado que el colectivo profesional al que pertenece "ha sido históricamente maltratado por la prensa". "No espiamos, somos profesionales formados en la universidad, trabajamos al amparo de la ley de seguridad del año 1992 y tenemos que mantener en nuestra vida laboral la honradez, porque la pérdida de la misma significa la pérdida de la licencia".