
San Fernando de Henares (Madrid), 24 ene (EFE).- El empresario Juan Antonio Arruabarrena, al que ETA mandó una carta bomba en 1994, ha declarado hoy en el juicio contra Juan Carlos Iglesias, al que el fiscal pide 26 años por estos hechos, que tuvo que irse de Guipúzcoa por las amenazas que sufría y que aún "tiene miedo" cuando vuelve al País Vasco.
El juicio celebrado en la Audiencia Nacional contra Iglesias Chouzas, alias "Gadafi", acusado de haber enviado desde París una carta bomba al empresario, ha quedado hoy visto para sentencia.
Ante el tribunal, Arruabarrena ha contado que tuvo que abandonar Lazkao (Guipúzcoa) por haber recibido amenazas y no pagar el impuesto revolucionario que exigía la banda a los empresarios.
Por ello, ha relatado, tuvo que trasladar su empresa a la localidad zaragozana de Pina de Ebro, aunque ha afirmado que todavía se siente amenazado y que "tiene miedo" cada vez que vuelve al País Vasco.
El acusado no ha querido declarar sobre los hechos que se produjeron en marzo de 1994, cuando la empresa de Juan Antonio Arruabarrena recibió por correo un paquete desde la capital francesa.
Su abogado ha explicado que acudió a la policía local sin abrirlo ya que sospechaba del paquete porque "resultaba de gran tamaño" y "no esperaban nada de ningún proveedor".
Los agentes de policía que han declarado como testigos han recordado el artefacto "perfectamente": se trataba de un explosivo envuelto en un estuche metálico con una trampa que cerraba y abría un circuito electrónico con un detonador.
En la vista, los peritos han ratificado que "el cordón detonador estaba muy bien hecho" y "si se hubiese abierto habría matado al destinatario sin duda".
"Gadafi" fue detenido en Francia el 2 de febrero del 2000 y entregado a las autoridades españolas en septiembre de 2005, aunque hasta el año 2010 no fue entregado para ser juzgado por estos hechos.
Fue en 1994 cuando los funcionarios de la policía autónoma vasca recibieron el paquete sospechoso y lo pasaron por el escáner para comprobar que se trataba de un artefacto explosivo.
La investigación continuó abierta durante dieciséis años hasta que el etarra fue detenido y puesto a disposición de las autoridades españolas. En ese momento los peritos pudieron comparar, mediante pruebas caligráficas, que se trataba de la letra de Iglesias Chouzas.
Los hechos han sido demostrados gracias a los informes periciales caligráficos, ya que "Gadafi" mandó el paquete y escribió el remitente.
La letra escrita en el sobre coincide con unas notas manuscritas, encontradas en el País Vasco, realizadas por el acusado.
El Ministerio Fiscal ha mantenido su petición de 26 años de cárcel por un delito de asesinato en grado de frustración basándose en los informes periciales y en el grado de perfección del paquete, ya que podía provocar la muerte de su receptor.
En su petición ha suprimido la responsabilidad civil, ya que la víctima no desea ser indemnizado por estos hechos.
La defensa ha mantenido que el delito se produjo en grado de tentativa para reclamar una pena inferior.