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Dos acusados de etnia gitana asumen un asesinato pese a considerarlo "un accidente"

Los dos acusados de etnia gitana que se han sentado en el banquillo este martes en el juicio de la Audiencia de Barcelona por el asesinato de un tercero, de origen latino, han asumido que lo mataron, pese a que han dicho que "en ningún momento" lo querían hacer.

BARCELONA, 8 (EUROPA PRESS)

El 3 de septiembre del 2010 por la noche, los acusados mantuvieron una discusión con un grupo de personas de origen latino que estaban bebiendo en el parque de la calle Dr. Fleming de Sant Adrià del Besòs (Barcelona), cerca del barrio de la Mina, según la Fiscalía.

Tras la discusión, los dos procesados --Juan F.C. y Antonio Miguel R.R.-- se marcharon del lugar y, una hora y media más tarde, volvieron "con el propósito de acabar con la vida de la víctima" y menoscabar la integridad física de las otras personas, por lo que atacaron a los latinos con una navaja y unos 'luchancos' formados por una cadena con un palo en cada extremo, explica el fiscal.

Los acusados, para quien la Fiscalía pide 22 años por un delito de asesinato y otro de lesiones, han negado que llevaran los 'luchancos' y han explicado que utilizaron una navaja y objetos del suelo después de que los latinos los hubiesen atacado con botellas rotas.

"Cogí un palo y una pata de silla vieja que estaba partida en el suelo cuando me querían agredir con una botella", ha declarado Juan F.C., que se ha desvinculado del asesinato al alegar que fue su compañero quien clavó el cuchillo a la víctima.

Según Antonio Miguel R.R., fueron los latinos los que se les "echaron encima", un hecho que le obligó a sacar la navaja que llevaba escondida en los pantalones y a clavársela, pese a que ha mantenido que no sabe dónde lo hizo, pues intentaba pincharle en las piernas.

Los acusados han explicado que todo ocurrió muy deprisa y que estaban bajo los efectos del alcohol y la marihuana: "Con Antonio íbamos muy fumados de porros y habíamos bebido", ha detallado Juan F.C., y ha sostenido que no dieron importancia a los hechos porque no pensaron que acabarían así.

En el juicio, el Ministerio Público ha intentado esclarecer si ya se habían producido encuentros anteriores entre bandas de etnia gitana y latinos en el barrio, lo que los acusados han negado, pese a que los Mossos d'Esquadra que han comparecido como testigos han señalado que "sabían que eran de por la zona y los tenían vistos".

La Fiscalía también pide una indemnización de 96.000 euros para los padres de la víctima, y 750 y 2.075 euros para los dos testigos protegidos que sufrieron lesiones en el encuentro.

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