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El acusado del "crimen de Ansoáin" dice que él no quería matar a la víctima

Pamplona, 15 oct (EFE).- El acusado del denominado "crimen de Ansoáin", ocurrido el 18 de septiembre de 2011, durante las fiestas patronales de esta localidad navarra, ha afirmado hoy que él no quiso matar al portero del "Bar Tolo", Víktor Simeonov Lavchiev, de 30 años, a quien ha reconocido haber asestado un navajazo.

El juicio contra Sergio U.G., fijado hasta el 19 de octubre en la Audiencia Provincial de Navarra, ha comenzado con la constitución del jurado popular, integrado por 6 mujeres y 3 hombres.

Los hechos, según el fiscal, se produjeron sobre la una de la madrugada, después de que, atendiendo a las quejas de una chica, la víctima, de nacionalidad búlgara y cuya pareja estaba embarazada, pidió al procesado que dejara de molestar a los clientes del bar.

Tras propinar tres navajazos al portero, Sergio U.G., entonces de 38 años, trató de huir en una furgoneta "haciendo caso omiso" a las indicaciones de detenerse que le hicieron una policías municipales que habían acudido al lugar uniformados y con vehículos oficiales.

En su fuga pisó con una rueda el pie izquierdo de uno de los agentes y otro tuvo que apartarse para no ser arrollado, para después recorrer "a gran velocidad" unos 50 metros, "en los que puso en peligro evidente la integridad de numerosas personas", fue finalmente interceptado por otras patrullas.

"Yo no me mojo por nadie", ha señalado el acusado después de que el letrado de la acusación particular planteara la posibilidad de que se tratara de una venganza por una muerte anterior producida por una persona de la misma nacionalidad que la víctima.

En su relato, el acusado, diagnosticado de "esquizofrenia paranoide", ha dicho que viajó a Ansoáin solo en una furgoneta, aunque luego se encontró con los dos menores de edad, y ha reconocido que llevaba una navaja "porque estaba amenazado de muerte" por una familia gitana.

En el bar tuvo un incidente con una chica, que "vino faltándome", ha dicho, después de que con el portero tuviera "un mal comienzo" al haberle recriminado que llevara un vaso de bebida en la mano, por lo que "estuvimos discutiendo dos o tres veces".

Tras el incidente con la chica, "fue contra mí, fuerte, a buscarme", ha señalado el acusado, quien ha relatado que, a partir de entonces, "la cosa se puso tensa" y, tras recibir un puñetazo, "nos enganchamos a hostias".

El acusado ha asegurado que la víctima llevaba "un arma de color negro en la cintura" y, frente a lo declarado inicialmente, ha afirmado que en un momento determinado "él fue a echar mano al arma".

Entonces, ha agregado, "se abalanzaron hacia mi cuatro o cinco o seis personas y lo que hice fue sacar la navaja para quitármelos de encima", momento en el que le dio un navajazo en el abdomen.

"Yo solo le di ese navajazo", ha señalado para afirmar después que salió corriendo porque tenía miedo y quería salvar su vida y la de los dos menores que le acompañaban, sin ver a los policías que intentaban detenerlo.

En ese momento, según ha dicho, "estaba borracho", había mezclado alcohol con pastillas y había fumado hachís, además de que no había tomado su medicación porque le daba "mucho sueño".

En su intervención, la fiscal, tras considerar "evidente" que el acusado mató a la víctima, ha calificado de "sólida" y "contundente" la prueba con la que se demostrarán los hechos, por los que pide para el procesado un total de 21 años y seis meses de prisión por tres delitos, así como el pago en concepto de indemnizaciones de 320.000 euros en total para la pareja, la hija menor y el hermano de la víctima.

En concreto, pide para el acusado trece años y seis meses de cárcel por un delito de homicidio, cuatro años por otro de atentado con medio peligroso y cuatro más por conducción temeraria con desprecio a la vida de los demás.

Las acusaciones particulares ejercidas por la pareja y la hija de la víctima por un lado y por el hermano y la madre por otro, consideran los hechos como asesinato en vez de homicidio y elevan a 20 años esa pena, al igual que la acusación popular promovida por el Ayuntamiento de Ansoáin.

Por los delitos de atentado y conducción temeraria las acusaciones particulares piden 4 y 5 años, respectivamente, y la acusación popular 3 y 1 años de prisión.

La defensa, por su parte, ha solicitado la libre absolución de su patrocinado, tras sostener que aunque fue "innegable" que mató a la víctima, no tenía intención de hacerlo, además de resaltar que el procesado, que estaba embriagado y es adicto a sustancias estupefacientes, sufre una "esquizofrenia paranoide", una enfermedad "que se identifica con el paradigma de la locura", ha explicado.

La intervención de la letrada ha sido interrumpida por el procesado, quien, visiblemente alterado, insistió en afirmar que él no había querido matar a nadie.

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