
La Haya, 29 ago (EFE).- Un problema de comunicación entre un avión de la aerolínea española Vueling y la torre de control desató hoy una falsa alarma de secuestro en el aeropuerto de Amsterdam, que a primera hora de la mañana ya tuvo que ser parcialmente cerrado por el hallazgo de una bomba de la Segunda Guerra Mundial.
La alarma se desató cuando el vuelo VY 8366 procedente de Málaga con 189 pasajeros a bordo perdió momentáneamente el contacto con los controladores aéreos del aeropuerto internacional de Schiphol, sobre las 13.30 horas (11.30 GMT), lo que activó automáticamente los protocolos de seguridad que incluyen el envío de dos cazas F-16 para tantear la situación.
Fuentes diplomáticas indicaron a Efe que los problemas que han desencadenado la alarma han sido presuntamente de naturaleza técnica, "de retransmisión", aunque el incidente será investigado por las autoridades holandesas.
El piloto habría entrado en el espacio aéreo holandés sin aviso, lo cual, unido a una "maniobra extraña" de la aeronave y a que no se podía establecer contacto, desató todas las alarmas.
El incidente coincidió con una noticia publicada en medios paquistaníes de que dos jóvenes somalís radicales habrían estado preparando un atentado a gran escala en La Haya.
La policía especificó que los F-16 partieron sobre las 13.50 horas (11.50 GMT) de la base militar más cercana para escoltar el avión español, mientras que en tierra unidades especiales de emergencia y de asalto de la policía militar llegaban a una pista apartada del aeropuerto, donde finalmente se produjo el aterrizaje.
Según comunicaciones radiofónicas entre los cazas difundidas por la televisión holandesa NOS, el piloto del vuelo preguntó paradójicamente a sus compañeros militares si lo que pasaba significaba que estaban siendo secuestrados, lo que ilustra la confusión que reinaba tanto en tierra como en el aire.
Los pasajeros del vuelo, del que todavía se desconoce cuántos españoles iba a bordo, no fueron conscientes en ningún momento de las sospechas de secuestro.
Según testimonios de una pasajera holandesa a medios locales, el avión estuvo dando vueltas sobrevolando el mar y eso es lo único raro que notaron.
Vueling desmintió poco después "categóricamente" que se tratase de un secuestro, y achacó a un "malentendido" con la torre de control del aeropuerto holandés el hecho de que el aparato aterrizara escoltado por dos cazas F-16.
Según un portavoz, cuando el avión realizaba la maniobra de aproximación al aeropuerto surgió un "problema de comunicaciones" con la torre de control que hizo que el contacto entre el aparato y la torre "fallara intermitentemente".
La torre de control "ha interpretado entonces que existía un problema de seguridad", explicó.
La policía militar holandesa solamente confirmó que era una falsa alarma después de haber constatado que "no se trataba de un secuestro" una vez que el avión ya había aterrizado.
"El piloto salió del avión y habló detrás de un tanque con los mediadores (de la unidad especial de la policía), que concluyeron que no se trataba de una situación calamitosa", declaró el portavoz de la policía militar, Martijn Peelen, en un comunicado oficial.
Sobre las 16.00 horas (14.00 GMT) todos los pasajeros del vuelo abandonaron el avión y fueron trasladados de la pista de aterrizaje especial en cuatro autobuses, que los llevaron a reencontrarse con sus familiares, congregados en una sala de conferencias del aeropuerto, según medios locales.
La falsa alarma de secuestro fue el segundo incidente que marcó una intensa jornada del aeropuerto holandés, que tuvo que ser parcialmente desalojado al haberse hallado durante unas obras de excavación bajo la pista de despegue de los vuelos europeos una bomba de 500 kilogramos de la Segunda Guerra Mundial.
Tras horas de trabajo, que motivaron la anulación de una docena de vuelos y horas de retrasos, efectivos especiales trasladaron la bomba a un descampado apartado del aeropuerto y de las viviendas para proceder a su desactivación.