
Lima, 29 ago (EFE).- El motín de cientos de presos del penal peruano de Socabaya, en la región sureña de Arequipa, iniciado el martes ha concluido tras comprometerse el Gobierno a resolver los problemas denunciados por los internos, informó hoy una fuente oficial.
El ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, declaró hoy que la situación está controlada, durante una rueda de prensa con corresponsales extranjeros en Lima.
"El problema está resuelto. En la madrugada se ha suscrito un compromiso para resolver los problemas de los internos y ahora hay un proceso de normalidad en el penal", afirmó Pedraza.
Una comisión conformada por la congresista Ana María Solórzano, el vicepresidente del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe), Julio Magán, otras autoridades de esa entidad, de la Policía y del Poder Judicial llegó a un acuerdo de madrugada con los delegados de los reclusos tras varias horas de negociación.
Según el portal elcomercio.pe, el acta suscrita que consta de 11 puntos establece un mejor trato a los visitantes de la cárcel, la aprobación de una nueva ley de beneficios penitenciarios, la contratación de 65 abogados para que ejerzan como defensores públicos de los presos y la creación de una comisión que siga el cumplimiento de estos acuerdos.
Cientos de internos de alta y media peligrosidad se sublevaron el martes y se subieron a los tejados de los pabellones donde mantuvieron retenidos al director del penal, Alberto Caetano Choque, al subdirector, Fernando Surco Aróstegui, y a los agentes penitenciarios ángel López Castañeda y Juan Follana.
Los presos, que mantenían sus rostros cubiertos, amenazaron con lanzar al vacío a sus rehenes, quemaron colchones, lanzaron arengas y mostraron pasquines para pedir mejores condiciones carcelarias, lo que generó un ambiente de gran tensión durante varias horas.
"Luego de golpearnos varias veces nos subieron al techo y amenazaron con lanzarnos desde ahí. Encima me golpearon la cabeza con un hierro y no sé cuánto tiempo estuve sangrando", dijo el guardia Follana al diario "La República".
En los exteriores de la cárcel, decenas de familiares de los reclusos pedían información sobre la situación y exigían a las autoridades que cumplan con sus demandas para acabar con la violencia.
Los primeros en ser liberados fueron el director y el subdirector del penal para intentar establecer un diálogo, pero antes de dejar libres a los agentes carcelarios les obligaron a decir que los presos estaban "dispuestos a todo".
"No provoquen a los internos con la policía antimotines por resguardo de nuestra integridad física. Que se retiren los efectivos policiales, la violencia genera más violencia", alertó López por un megáfono.
El jefe del Inpe, José Pérez Guadalupe, declaró el martes que el motín se produjo por una requisa en dos pabellones y por la reducción de beneficios carcelarios entre los presos.
Pérez admitió que el penal tiene "casi el 100 % de sobrepoblación", pues cuenta con capacidad para 600 personas y alberga a unos 1.200.
Según "La República", los reclusos hicieron reclamaciones al director del penal durante el desayuno por la requisa del martes, que consideraron "abusiva y denigrante", denunciaron maltratos, la existencia de una celda conocida como "el hoyo", el hacinamiento y el control excesivo a sus visitantes, entre otros asuntos.
Al exacerbarse los ánimos, los presos decidieron tomar como rehenes a las autoridades carcelarias y rebelarse armados con palos y verduguillos.
Según versiones periodísticas, ya en 2000 y 2001 se habían registrado motines en la misma prisión.
Un informe del Inpe actualizado a marzo pasado indicó que la población penitenciaria de Perú creció el 10 % en doce meses, al aumentar de 71.658 a 79.068 personas.
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