Madrid, 8 ago (EFE).- La capilla ardiente con los restos mortales de Carmen Muñoz Pérez, de 62 años, la agente de la Policía Municipal asesinada hoy por unos atracadores en Madrid, ha quedado abierta minutos después de las diez de la noche en el patio de Cristales del antiguo Ayuntamiento de la capital.
La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que ha interrumpido sus vacaciones, ha visitado esta tarde en el hospital al compañero de Carmen Muñoz que resultó herido de bala, Santiago Lozano, de 52 años.
"Santiago Lozano está bien, ya le han operado y está acompañado por su mujer y una de sus tres hijas", ha comentado Botella tras desearle un "pronto restablecimiento".
Acompañada de familiares de la agente, la alcaldesa ha recibido a las puertas de las dependencias municipales al furgón que transportaba el féretro.
Botella ha destacado a los periodistas el "empuje y el coraje" de Carmen Muñoz y ha recordado que a pesar de que se le había ofrecido un destino en oficinas por su edad, ella había querido seguir trabajando en la calle.
Tras valorar la capacidad de respuesta y el comportamiento "ejemplar" de la Policía Municipal, la alcaldesa ha dicho que "hoy en su día triste" para Madrid.
Compañeros de la víctima han transportado el féretro a hombros desde el furgón al interior de la capilla ardiente, arropados por el aplauso de varias decenas de policías, que han formado un pasillo para que pasara la comitiva.
El cadáver de la policía municipal ha sido trasladado a la plaza de la Villa desde el Instituto Anatómico Forense, donde se la ha practicado esta tarde la autopsia.
Carmen Muñoz Pérez había ingresado en el cuerpo de la Policía Municipal en el año 1973 y pertenecía a la segunda promoción de mujeres.
Mañana por la mañana, tras el oficio religioso que tendrá lugar en la capilla ardiente, el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa, le impondrá, a título póstumo, la Medalla de Plata al Mérito Policial.
