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El fiscal pide condenar al presunto islamista de Burgos porque "no se puede esperar al atentado para actuar"

Abdelkader Ayachine, que se enfrenta a diez años de cárcel, rechaza la violencia y dice que ha perdido su "vida"

MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

El fiscal de la Audiencia Nacional Daniel Campos ha solicitado que el presunto islamista Abdelkader Ayachine, que regentaba una carnicería musulmana en Burgos, sea condenado a diez años de cárcel al considerar que la Justicia "no puede esperar a cuando se produce el atentado y están los cadáveres en el Anatómico Forense" para actuar contra este tipo de células.

Durante la última jornada del juicio, que ha quedado visto para sentencia, la Fiscalía y la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), que ha ejercido la acusación popular, han atribuido a Ayachine un delito de integración en organización terrorista al entender que ha quedado probado, según el fiscal, que era "miembro de una organización terrorista internacional de carácter yihadista a la que es difícil ponerle nombre".

Campos ha admitido la "dificultad probatoria" para condenar al acusado, que se ha "agravado" con la sentencia absolutoria del Supremo a su supuesto lugarteniente, Wissan Lofti, aunque ha abogado por "avanzar la barrera del derecho penal" para afrontar judicialmente "los casos en los que se empieza a vislumbrar un principio de organización en la que los fines comienzan a concretarse".

El representante del Ministerio Público ha señalado que ha quedado probada la relación que el acusado mantenía con representantes de otras células islamistas de Dinamarca y Suecia con las que se comunicaba, según ha explicado, "a través de internet, el correo electrónico y el chat".

"UN CHISTE MALO"

Campos ha reconocido que las células regionales islamistas funcionan como nódulos que se relacionan entre sí "de forma esporádica y a través de las nuevas tecnologías" y mantienen "unas relaciones disueltas y difuminadas que hacen prácticamente imposible reconocer una jerarquía establecida". "Pero es que así funciona esto, es un mecanismo de seguridad de estos grupos", ha argumentado.

Para tratar de demostrar la ideología yihadista del acusado, ha recordado que escribió un discurso en el que manifestaba su deseo de que los "aviones de Bush y Sharon se cayeran" y se produjeran "catástrofes en sus tierras". "Él dijo que lo hacía por hacer un chiste malo. Es verdad que los fiscales no tenemos sentido del humor pero no veo qué tiene de gracioso el tipo de manifestaciones que se hacían allí", ha dicho.

De igual modo, se ha preguntado por qué en la carnicería musulmana que Ayachine regentaba en Burgos "se bajaban las persianas y se quedaba una persona en la puerta vigilando" si allí "no se hablaba nunca de temas religiosos". La explicación del acusado es que en estos encuentros se hablaba "de fútbol, de películas, de música o de cómo estaba el país".

"LE HAN DESTROZADO LA VIDA"

La defensa de Ayachine, por su parte, ha pedido la libre absolución de su cliente argumentando que gran parte de la documentación de tipo yihadista que fue incautada en la carnicería pertenecía a Bouchaib Magher, que fue condenado por su participación en los atentados de Casablanca de mayo de 2003 y le cedió el establecimiento antes de estos hechos.

También ha dicho que la operación policial contra su representado le ha "destrozado la vida" porque desde 2007 "no ha hecho más que desarraigarle de un país al que había venido para que le acogiera, ya que ha vivido más en España que en Argelia".

Ayachine, de nacionalidad argelina y con antecedentes por homicidio, maltrato en el ámbito doméstico y corrupción de menores, ha aprovechado su última palabra para volver a manifestar que "está en contra de toda violencia" y añadir que por culpa de esta operación ha perdido su "vida", su "negocio" y sus "hijos".

RELACIÓN CON UN TERRORISTA DE CASABLANCA

En su escrito de acusación, el fiscal sostiene que la célula comenzó a operar en el año 2000. Tras la detención de Magher, Ayachine se habría hecho cargo del comercio y habría asumido el papel de líder de la célula junto a su lugarteniente, Wissan Lofti. Según el Ministerio Público, la célula captó a al menos una persona y añade que tanto Ayachine y Lofti recaudaban fondos que enviaban posteriormente a Magher.

La Sección Segunda de la Sala de lo Penal, que no pudo juzgarle en mayo pasado porque no se presentó a la vista oral, ha celebrado el juicio después de que el acusado fuera entregado en junio pasado por las autoridades de Bélgica, en virtud de una orden europea de detención y entrega de la Audiencia Nacional.

El otro enjuiciado en este procedimiento, Wissan Lofti, fue condenado a cinco años de cárcel por colaboración con organización terrorista por la Audiencia Nacional aunque el Tribunal Supremo le absolvió el pasado viernes argumentando que enviar dinero a familiares directos de presos para que atiendan a sus gastos mientras están en prisión "no es, obviamente, financiar el terrorismo", máxime cuando se ignora si el recluso pertenecía a algún grupo de esa índole.

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