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Un mosso dice sentirse "la oveja negra" del Cuerpo al pasar seis años apartado por la Justicia

Niega que avisara a una colaboradora implicada en una trama de importación ilegal de coches

BARCELONA, 10 (EUROPA PRESS)

Un agente de los Mossos d'Esquadra acusado por un delito de revelación de secretos y otro de omisión del deber ha manifestado este martes ante el juez de la Audiencia de Barcelona que se ha sentido "la oveja negra" del cuerpo por los seis años que se ha dilatado la investigación judicial.

El acusado Antonio M., se enfrenta, junto al también agente Francisco Javier T., a tres años de cárcel y siete de inhabilitación por presuntamente haber avisado a una implicada en una trama de importación fraudulenta de vehículos de alta gama, con quien, según la fiscal, mantenía una "amistad previa".

En noviembre de 2005, cuando la investigación sobre la trama ya se había iniciado, Antonio M., jefe del grupo de la unidad de tráfico de Granollers (Barcelona), coincidió en una estación de ITV de Argentona con los agentes que llevaban las pesquisas, a quienes ofreció a una colaboradora suya que trabajaba en una de las empresas sospechosas, si bien los agentes rechazaron hasta en dos ocasiones el ofrecimiento.

En el juicio, que ha durado unas cinco horas, Antonio M. ha defendido que la citada mujer colaboraba con su equipo en calidad de informadora --como confidente pero sin cobrar--, lo que les había dado réditos, pero que no le reveló nada sobre la investigación sino que ella se percató por un trabajador de la ITV y por una filtración de Hacienda.

Uno de los investigadores ha explicado ante el juez que se quedaron "sorprendidos" por la actitud de Antonio M. en aquel fortuito encuentro y se lo comunicaron a su superior, quien decidió engañar al acusado diciéndole que habían archivado el caso para dilucidar si era él quien filtraba la información, puesto que habían advertido una reducción de la actividad delictiva en el mismo tiempo.

El letrado de este acusado lo ha negado rotundamente, y ha recurrido a las conversaciones telefónicas en las que, una vez detenida, la colaboradora le reprocha a su cliente que la hayan "pillado", lo que demuestra, según él,que era ella quien informaba y no al revés.

LA INFORMADORA

La clave del proceso está en esta relación, que arrastró al segundo procesado, ya que la actuación de Francisco Javier T. consistió, como ha explicado, en bajar a los calabozos de Manresa porque su compañero se lo había rogado, llegando a darle unas chocolatinas para comer.

Este otro agente, con años de experiencia en el cuerpo y sin ninguna sanción, ha sido reubicado y ambos reciben tratamiento psiquiátrico desde que se enjuiciaron los hechos hace seis años por culpa de un informe policial que las defensas han tildado de "inverosímil" y que el intendente que lo redactó no ha aclarado durante la vista.

Su letrado ha querido probar que la consulta sobre el caso que supuestamente realizó no la pudo hacer porque ese día estaba trabajando en otra operación fuera de la comisaría, y ha criticado: "No puede ser que se le impute revelación de secretos si no nos dicen qué secretos".

Sin embargo, la Fiscalía ha mantenido la acusación sobre ambos y ha considerado una excusa que Antonio M. presentara a la mujer como colaboradora ya que "la relación de amistad con ella justificaría la filtración", mientras que el letrado defensor ha indicado que el 85% de las investigaciones policiales se resuelven gracias a la ayuda de los informadores u confidentes.

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