El hostelero de Santillana (Cantabria) deberá indemnizar con 45.000 euros a la viuda del ladrón al que mató

El hostelero de Santillana del Mar deberá indemnizar con 45.000 euros a la viuda del ladrón al que provocó la muerte de un disparo cuando estaba robando en su local, en unos hechos por los que ha sido absuelto al entenderse que actuó en legítima defensa.

SANTANDER, 10 (EUROPA PRESS)

La mujer pedía una indemnización que ascendía a 105.000 euros y el otro ladrón, que resultó herido, reclamó 2.281 euros, que finalmente se han quedado en 954.

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria fila la cantidad de la indemnización en la sentencia en la que recoge el veredicto que emitió el Tribunal del Jurado en el juicio celebrado por estos hechos, en los que estaba acusado de un delito de homicidio por imprudencia.

En la sentencia, se considera probado que el 6 de diciembre de 2009, en el puente de la Constitución, el acusado y su esposa estaban durmiendo en la habitación, aneja a su establecimiento hostelero.

A las 3.30 horas de la madrugada, ante los ruidos de dos ladrones que accedieron al local tras forzar la puerta, el condenado se despertó y vio sus siluetas, que "no podía distinguir" por la oscuridad, aunque sí vio que intentaban robarle.

El hombre cogió una escopeta y la cargó con un cartucho de perdigones, emitiendo un disparo "sin apuntar correctamente" y "sin tener en cuanta la posibilidad de que podía alcanzarles e incluso causarles la muerte", como finalmente sucedió con uno de ellos.

La Audiencia de Cantabria entiende que el hostelero actuó "creyendo fundadamente" que estaba siendo objeto de un ataque y que la situación "iba a pasar a mayores", por lo que, "ante el temor de sufrir un mal en su vida o en su integridad personal" o la de esposa, y "con el fin de evitarlo", realizó el disparo, "no habiendo podido emplear otro medio para evitar el ataque".

Su respuesta fue "plenamente fundada" y de una "legítima defensa completa", ya que la agresión se presentaba "razonablemente" como "real, grave e inminente", aunque pudiera no serlo en la realidad, pero lo que se dirime es que había motivos para que el condenado tuviera ese percepción. Y en cualquier caso, si hubiera sido real, se le hubiera aplicado una eximente completa.