
Santiago de Compostela, 8 jul (EFE).- Medidas de seguridad reforzadas, en esta idea han coincidido hoy en la capital gallega tanto el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como el de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el arzobispo de Santiago, Julián Barrio.
En la ceremonia de entrega del Códice Calixtino, Rajoy, que llegó con un pequeño retraso sobre la hora programada, explicó que "lo que toca ahora" es aprender de este suceso -el manuscrito fue sustraído hace un año- y adoptar las determinaciones oportunas.
En este sentido, anunció la firma de un convenio entre la Delegación del Gobierno, la Xunta y el Arzobispado para la seguridad del patrimonio histórico, "consistente en establecer correctas medidas de protección".
También ofreció a la Iglesia que el Instituto de Patrimonio Histórico español, "especializado en la restauración de bienes de todo tipo", haga un "chequeo", una evaluación del estado de esta joya, "que ha estado almacenada en muy deficientes condiciones", en un garaje de Milladoiro (A Coruña), envuelta en periódicos y bolsas.
"Este desenlace ha sido fruto de la profesionalidad y de la perseverancia", apuntó Rajoy, que se puso a disposición del Arzobispado para "un esfuerzo mayor, que evite que estas cosas se vuelvan a repetir".
"El Códice tiene propietario, pero todos lo sentimos como nuestro", puntualizó el presidente del Gobierno.
El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, que intervino antes que Rajoy, garantizó que no se escatimará "esfuerzo alguno" en seguridad. "Hemos compartido días y noches la preocupación de las personas de la Policía y de la Judicatura. Hemos logrado que el Códice Calixtino vuelva a su lugar propio, donde seguirá haciéndose eco de la historia inicial de la peregrinación jacobea", expresó.
Este manuscrito del siglo XIX será exhibido al público en el momento que proceda, porque "se está viendo cuándo y de qué modo", han explicado a Efe fuentes de la basílica compostelana.
"Al margen de toda apreciación novelada", este libro, la primera guía de peregrinos, está en buen estado, destacó el arzobispo.
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, el primero en tomar la palabra, ofreció la ayuda de su ejecutivo para preservar la seguridad de este documento: "Señor arzobispo, señor deán -José María Díaz-, señores miembros del cabildo catedralicio, quiero trasladar el compromiso del Gobierno gallego para colaborar en todo lo que pueda mejorar en el futuro la seguridad de este tesoro común", enfatizó.
"Una parte del alma de los gallegos estaba secuestrada. En el Códice está escrita una parte de lo que fuimos. Da fe de nuestro papel en las páginas más brillantes de la historia común de España y de Europa, de ahí que sintamos hoy la misma emoción que sintieron los que vieron por primera vez el libro recuperado", manifestó.
"Quiero agradecer a las fuerzas y cuerpos de seguridad su labor, y también a los dos gobiernos estatales, desde el Gobierno anterior, cuando -el Códice- fue robado, hasta el actual, cuando se dio con él, por saber valorar su importancia y por no darlo jamás por perdido", señaló Feijóo.
"Sé que además de personas conocidas, hay gente anónima que trabajó en silencio para que esta recuperación se produjese. Quiero que les llegue la admiración de nuestro pueblo por un trabajo que está recibiendo alabanzas desde todos los lugares del mundo", subrayó.
Este mismo agradecimiento fue reiterado por Rajoy y Barrio.
Feijóo también departió con un grupo de peregrinos a su salida y les dio las gracias ante "su interés" por el estado del Códice.
En la sala sinodal del Pazo de Xelmírez, atentos a las tres intervenciones, estaban, a la derecha, mandos de la policía encabezados por el jefe superior de Galicia, Jaime Iglesias; y, a la izquierda, una representación de canónigos del templo gallego.
Al evento asistieron, entre otros, el juez instructor, José Antonio Vázquez Taín -que conversó con Rajoy y Feijóo-; el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa; el director general de la Policía, Ignacio Cosidó; mandos de la Brigada que recuperó el Códice; la presidenta del Parlamento gallego, Pilar Rojo; y el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez.
También el fiscal superior de Galicia, Carlos Varela; el fiscal especializado en Patrimonio, Antonio Roma; el conselleiro de Cultura y Educación, Jesús Vázquez; el responsable de Presidencia, Alfonso Rueda; el secretario xeral de Cultura, Anxo Lorenzo, y los directores generales de la Xunta de Patrimonio, Interior y Justicia.
Asimismo, acudieron el rector de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), Juan Casares Long; el presidente de la Diputación de A Coruña, Diego Calvo, el presidente del Consello da Cultura Galega, Ramón Villares; el alcalde de Santiago, Ángel Currás, y representantes de la corporación municipal compostelana.
El acto simbólico, retransmitido en directo por la televisión pública gallega, se prolongó por espacio de 40 minutos. Los cantos litúrgicos que llegaban de la Catedral se solaparon con el discurso de Rajoy en el Pazo de Xelmírez.