Ecoley

Lavapiés no quiere ser un "gueto"

Madrid, 17 jun (EFE).- El céntrico y multicultural barrio de Lavapiés se resiste a convertirse en "un gueto", como teme la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, y persiste en demostrar que sus calles cobijan una convivencia pacífica y enriquecedora entre autóctonos y el colectivo inmigrante.

Si el 29 de mayo se registraba un incidente grave entre policía y vecinos cuando dos agentes intentaron identificar a un vendedor ambulante de origen extranjero, los días 1, 2 y 3 de junio tuvo lugar el Festival de Cultura India de Madrid, Bollymadrid, en el que participaron 100.000 personas, según Manuel Osuna, presidente de la asociación de vecinos La Corrala.

"En Lavapiés la convivencia es como la de cualquier otro barrio, los inmigrantes hacen la vida cotidiana de cualquier otro vecino, y participan de la misma manera en la actividad del barrio", asegura.

El portavoz de la Federación Estatal de Asociaciones de Inmigrantes y Refugiados en España (Ferine), Gilberto Torres, coincide con Osuna y reconoce que el barrio "ha aceptado el fenómeno de la inmigración de una forma muy cordial".

"De hecho, la aceptación de los vecinos con los inmigrantes ha permitido que Lavapiés sea, actualmente, uno de los barrios más populares e interculturales que tiene Madrid", añade Torres.

En general, los vecinos, sean de nacionalidad española o extranjeros, aceptan la presencia policial y la consideran necesaria: "La policía tiene que hacer su trabajo", subraya el secretario de la Asociación de Inmigrantes Senegaleses en España (AISE), Back Sene, aunque el pasado día 29 "perdieran los nervios", ha matizado.

No obstante, Sene también señala que los inmigrantes sin papeles "tienen que trabajar en algo para ganarse la vida" y que, pese a que su asociación intenta ayudarlos, la solución definitiva "depende del Gobierno".

No todo es luz en Lavapiés, pues existen residentes en el barrio que sí protestan ante "antisistemas y 'okupas'" que "acobardan" y "no dejan trabajar a la policía", según la portavoz de la asociación de vecinos y comerciantes de Tirso de Molina-Lavapiés (Atila), Isabel García.

"(Los agentes) no pueden pedir la documentación a los inmigrantes porque aparece mucha gente", dice García.

De la misma opinión es la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, que aseveraba en una entrevista con Efe que existen grupos, como las "autodenominadas Brigadas Vecinales", que "se dedican a ejercer acciones para impedir la actuación de la policía".

"No puede ser que algunos pretendan convertir ese barrio en una zona de exclusión, en un gueto, donde la policía no pueda entrar", manifestaba Cifuentes al mismo tiempo que recordaba su compromiso de incrementar la presencial policial en Lavapiés porque la mayoría de los vecinos quieren "un barrio seguro y tranquilo".

El colectivo de las Brigadas Vecinales de Observación de los Derechos Humanos (Bvodh) defiende su labor de "observación y documentación, desde la defensa de los derechos humanos en todo Madrid", y consideran que atribuirles cualquier responsabilidad "carece de todo argumento serio y fundado".

"Desde los estamentos políticos y policiales se está intentando dar una imagen distorsionada de un barrio donde conviven pacíficamente cientos de personas de las más variadas procedencias", indica el colectivo.

Las Brigadas Vecinales afirman que existen "redadas por perfil racial" que se efectúan "a diario", no solo en Lavapiés, también en "diferentes barrios y lugares de paso de personas trabajadoras".

La existencia de redadas policiales por motivos raciales sigue siendo una cuestión polémica, puesto que mientras asociaciones como AISE consideran que "han descendido bastante", según Sene, el portavoz de Ferine manifiesta que sí observa "que los policías las siguen haciendo, aunque de forma muy encubierta".

Desde la asociación La Corrala creen que, pese a que las redadas sí se producían "hace un par de años", estas "ya no se producen", aunque "sí que existen acciones de identificación y documentación", según Osuna.

Con todo, Back Sene (AISE) hace su propio balance de la situación en el barrio; concluye que "no se puede meter a todo el mundo en el mismo saco" y coincide con Osuna en que la vida entre los vecinos de Lavapiés, con un 55 por ciento de población inmigrante, es "normal, como la de cualquier otro barrio".

Paula Díaz Acebes

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky