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El Policía acusado de abusos a emigrantes dice que tiene "una desviación sexual"

Madrid, 5 jun (EFE).- El subinspector de Policía, Antonio I.S., acusado de abusos a tres emigrantes, ha negado hoy en la Audiencia de Madrid los hechos, aunque ha reconocido que tiene "una desviación sexual" consistente en iniciar relaciones con desconocidas que no volverá a ver en una suerte de "aquí te pillo, aquí te mato".

Así lo ha expresado en el primer día del juicio que se celebra en la Audiencia madrileña a Antonio I.S., para quien la Fiscalía solicita dieciséis años y diez meses de prisión e inhabilitación durante el mismo tiempo por un delito de agresión sexual y dos de abuso sexual.

El procesado, que estaba destinado en el Ministerio de la Presidencia, ha afirmado que el 16 de junio de 2010 abordó en la calle con la intención de "ligar" con ella, a María Margarita S.G., de 31 años, de nacionalidad venezolana y sin residencia legal en España, cuando ella estaba "sollozando contra una pared" y él le ofreció ayuda, identificándose con su placa de policía.

Tras indicar que "en ningún momento" le pidió la documentación, el agente ha detallado que acompañó a la joven a su domicilio porque ella lo invitó para enseñarle un "book" con fotografías en las que aparecía "en bañador y lencería".

Antonio ha explicado que la chica quiso tener relaciones sexuales, pero él se limitó a masturbarse, al tiempo que ha resaltado que "en ningún momento se sentó en la cama, hubo contacto sexual o la obligó a hacer nada".

El acusado ha relatado que el 7 de marzo de 2011 se acercó a una joven ecuatoriana, Miriam Elena S.T., de 24 años, que le resultó "atractiva", en las inmediaciones de la calle San Raimundo, cuando "ella iba a la autoescuela", identificándose como policía y diciéndole que solo quería "hablar con ella".

Ha agregado que ella le contó que días antes había perdido la cartera y él se ofreció a hacerle "un papel" para que pudiera ir "tranquila por la calle".

Antonio ha apuntado que acompañó a la chica a su casa, donde la madre de la joven, Lucía María T.C., de 45 años, estaba amamantando a su bebé, pero ha dicho que él no tocó a ninguna de las dos mujeres.

Por su parte, la joven venezolana, que ha comparecido en la vista tras un biombo para evitar el contacto visual con el policía, ha declarado que el día de los hechos a la salida del Metro el agente le pidió la documentación y le enseñó su placa.

La chica, visiblemente afectada y entre lágrimas, ha recalcado que el agente la obligó a ir a su casa antes de llevarla al "calabozo" y allí la obligó a ponerse un vestido de fiesta, momento en el que pensó que estaba "perdida" y que nadie la salvaría porque el policía era "más alto y más fuerte" que ella.

Ha asegurado que el policía la forzó a hacerle una felación y la penetró sin su consentimiento, empleando la fuerza y la violencia, hechos por los que ha recibido tratamiento psicológico.

Asimismo, la víctima de 45 años ha manifestado que su hija Miriam Elena no ha comparecido en el juicio por falta de dinero para desplazarse a España desde Suiza, donde está viviendo en la actualidad y donde está recibiendo tratamiento psicológico por los hechos.

La mujer ha dicho que el 7 de marzo del año pasado su hija salió de su casa al colegio, pero volvió "asustada" acompañada de un policía que le había dicho que sus papeles eran falsos.

Ha asegurado que, en su domicilio, el policía le tocó los pechos cuando ella estaba en la cama amamantando a su hijo pequeño y que, con posterioridad, su hija le confesó que el agente había querido abusar de ella en el ascensor.

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