
Madrid, 4 jun (EFE).- Los cinco miembros de una familia acusados de acuchillar el 11 de junio de 2010 a siete vecinos del barrio de Tetuán han negado hoy haber "pinchado" a alguien y sólo han dicho que se acercaron a ellos porque estaban haciendo una barbacoa con motivo del triunfo de España en el Mundial de Fútbol.
En el primer día del juicio en la Audiencia Provincial a Luis M.B., Mariano M.M., Moisés J.B., José J.B. y David G.B., que se enfrentan cada uno de ellos a 44 años de cárcel, todos ellos han negado los hechos y también que supieran que una de las personas que resultó herida aquella noche tenía 13 años.
"Estaba muy contento porque había ganado España y unos vecinos de la calle Cedro me dijeron que si quería sardinas de su barbacoa tenía que pagar 20 euros", ha relatado Luis M.B., a quien la fiscal acusa de haber originado la reyerta.
Luis ha asegurado que cuando volvió con el dinero a la barbacoa, donde había "unas 300 personas", un vecino que estaba "muy borracho" le cortó un dedo y le quitó el bastón que él llevaba.
"Yo no pinché a nadie, si tenía sangre en mi camiseta roja de España y en los vaqueros era porque me cortaron un dedo", ha afirmado Luis, que ha añadido que no se acuerda de más porque había tomado copas y la metadona que necesita por su adicción a las drogas.
Su padre, Mariano M.M., ha declarado que, tras ver el partido en un bar, un señor le avisó de que su hijo estaba discutiendo con alguien y al aproximarse alguien le pegó "por la espalda", cayó al suelo y se le rompió un brazo.
Mariano, que ha llegado en ambulancia a la Audiencia madrileña por los problemas cardíacos que sufre, ha resaltado que solo se acercó a la barbacoa para ver qué pasaba con su hijo Luis.
Moisés J.B., primo de Luis, ha negado también haber "pinchado" a algún vecino y ha alegado que la noche del suceso estaba en Valdemingómez porque es donde suele drogarse y que se enteró de todo al día siguiente.
José J.B., llamado "Pepe el patriarca" y padre de Moisés, ha relatado que estuvo en un bar viendo el fútbol y que luego se marchó; a preguntas de la fiscal ha negado haber repartido "ni navajas ni cuchillos" entre los demás acusados o haber apuñalado a alguien.
"En mi vida me he metido con alguien, llevo 45 años viviendo en el barrio y nunca he tenido un conflicto", ha señalado José, quien ha comentado que desconoce por qué los afectados le han identificado como uno de los agresores.
El último en declarar ha sido David G.B., quien ha resaltado que esa noche no vio a Luis -primo suyo- en ninguna pelea pero que hubo "un enfrentamiento verbal" entre varias personas y él decidió irse enseguida.
"Soy una persona desarmada", ha enfatizado David.
A todos los procesados, de etnia gitana, la fiscal les acusa de cuatro delitos de homicidio intentado y tres de lesiones con arma o instrumento peligroso y, además de los 44 años de prisión, les solicita que indemnicen a las víctimas con cantidades que oscilan entre 2.000 y 7.900 euros.
Un agente que llegó al lugar de los hechos, cerca de la Avenida de Asturias, ha recordado que detuvieron a varias personas tras identificarlas una vecina, aunque aquellas dijeron que si estaban ensangrentadas era porque otros les habían agredido a ellos.
Mañana continúa el juicio con la declaración de las víctimas, que, según el escrito provisional del fiscal, cuando estaban heridas escucharon decir a los acusados: "¡Vámonos, daros prisa que hemos matado a los payos!".
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