
Bruselas se propone regular las prácticas de los estudiantes en el ámbito comunitario para lograr un estándar de calidad en las prácticas y evitar que se conviertan en una obstrucción para el acceso a los puestos de trabajo, como lo son en muchos casos en la actualidad.
La precariedad que genera la actual crisis económica hace que los estudiantes en prácticas sean un codiciado objeto de deseo para los empleadores de los países comunitarios como mano de obra barata y sin protección social.
El drama del desempleo juvenil
En la actualidad, las estadísticas estiman que en la Unión Europea hay más de cinco millones de jóvenes menores de 25 años que no pueden encontrar empleo. El número total de desempleados jóvenes de la UE ha aumentado en un millón desde el inicio de la crisis en 2008.
La Comisión Europea se propone el establecimiento de un marco comunitario, elaborado en colaboración con los representantes gubernamentales, los interlocutores sociales, las organizaciones de juventud y todas las demás partes interesadas, que podría contribuir en gran medida a incrementar la calidad de los periodos de prácticas en la UE.
Existen prácticas cuestionables en los distintos Estados miembros, con ligeras variaciones derivadas de los tipos de régimen reglamentario. Los principales motivos de preocupación están relacionados con las bajas remuneraciones, el escaso nivel de protección social y unos términos y condiciones más bien pobres; con la ausencia de un contenido didáctico de alta calidad; el uso de becarios para realizar tareas banales, y con la sustitución de empleados normales por becarios.
El riesgo de que se sustituya a empleados normales por becarios es mayor en los Estados miembros con un alto nivel de desempleo o unas condiciones del mercado laboral poco favorables para los jóvenes, como Grecia, España, Italia y Portugal. Sin embargo, el uso de becarios como mano de obra gratuita es un fenómeno creciente también en otros países, en los que los jóvenes pueden tener que realizar diversos periodos de prácticas antes de encontrar un verdadero empleo.
El abuso de los becarios es más común si no existe supervisión ni unos objetivos claros relacionados con el periodo de prácticas. Además, las estadísticas indican la existencia de un diferencial retributivo entre hombres y mujeres considerable, con una mayor proporción de mujeres en puestos no retribuidos o mal remunerados.
La ausencia de compensación o la baja remuneración y la perspectiva de explotación son preocupaciones generales, sobre todo en los casos con periodos de prácticas en el mercado libre y en aquellos regímenes de formación profesional con una exigencia obligatoria.