
Madrid, 23 abr (EFE).- El acusado de propinar un puñetazo en el abdomen a su pareja sentimental y provocarle un aborto en 2011 ha negado hoy los hechos y ha indicado que ella lo amenazó con presentar una denuncia contra él si no la ayudaba económicamente.
En el juicio que ha comenzado hoy en la Audiencia Provincial de Madrid se ha sentado en el banquillo de los acusados Hugo Rodrigo P.R., de 41 años, de nacionalidad ecuatoriana y en situación regular en España, por un delito de aborto con el agravante de parentesco, para quien la Fiscalía solicita una pena de siete años y seis meses de prisión.
El procesado ha reconocido que el 28 de mayo de 2011 por la noche tuvo una discusión con la que entonces era su pareja sentimental, Coral M.S., en un piso situado en la calle Nuestra Señora de Begoña, del distrito de Villaverde.
Hugo ha explicado que la discusión se produjo porque la dueña de la casa donde residían se quejaba de que Coral no colaboraba con la limpieza de la vivienda.
Ha señalado que, después de que la dueña del piso le ofreciera un plato de comida y él lo aceptara, su pareja comenzó a gritarle y a querer golpearle, pero ha asegurado que él no le pegó en el abdomen, en ningún momento, ni la empujó.
En la vista, el acusado ha manifestado que él no sabía que su pareja estaba embarazada el día de los hechos y que ella se lo dijo tres días después, aunque ha ratificado que en instrucción declaró que Coral estaba encinta una semana antes del 28 de mayo.
La víctima, que no reclama indemnización por las lesiones, no ha comparecido en el juicio porque tiene que cuidar a su hija de corta edad y debe cumplir con un trabajo por horas.
La dueña de la casa ha indicado que el día de los hechos escuchó que una discusión entre Hugo y Coral, "como si estuvieran jugando", y que, después, los dos salieron a la calle, "un poco alterados", por lo que les pidió desde el balcón que "no hicieran tanto alboroto".
Ha apuntado que, con posterioridad, Coral le dijo que Hugo la había golpeado y había perdido un bebé, pero no le explicó cómo había sido la agresión.
Una trabajadora social del Hospital Doce de Octubre ha precisado que el 1 de junio la llamaron de urgencia y se encontró con Coral, que tenía "un aborto en curso" y que estaba con una menor de veintiún meses, con la que no podía entrar en el quirófano.
La intervención quirúrgica para completar el aborto se programó para el día siguiente, sin la menor, según la trabajadora social, quien ha detallado que Coral le dijo que "se había dado un golpe en el abdomen jugando con su pareja" y no que había sido "una agresión".
El médico forense que examinó a la víctima diecisiete días después del aborto ha asegurado que la pérdida de un feto es compatible con un golpe en el abdomen.
El juicio continuará el próximo 10 de mayo.