
Tegucigalpa, 29 mar (EFE).- El secretario de Seguridad de Honduras, Pompeyo Bonilla, confirmó hoy la muerte de al menos 13 reos en una cárcel del norte del país, al parecer en una pelea entre internos, y pidió al Fondo Monetario Internacional (FMI) que preste dinero para construir mejores cárceles en el país centroamericano.
El alto funcionario dijo a periodistas que no se atrevía a dar otra cifra que no sea la de "13 muertos" en el presidio de San Pedro Sula, porque esa era la información que tenía hasta las 16:00 horas locales (22:00 GMT).
Bonilla no precisó si entre los que murieron se halla uno que fue decapitado durante la pendencia entre reos que, al parecer, se disputaban el control de la prisión.
Versiones extraoficiales, no confirmadas por la Policía ni por las autoridades penitenciarias, indican que podría haber otros siete presos muertos en una celda de la cárcel de San Pedro Sula, donde este jueves también se registró un incendio que fue sofocado por los Bomberos.
Bonilla agregó que Honduras necesita que le den "espacio para endeudarse" y "cumplir" con "la deuda social" que tiene "con los privados de libertad", que superan los 12.000 en un sistema penitenciario obsoleto compuesto por 24 cárceles con capacidad para 8.000 reos.
El secretario de Seguridad también abogó por la creación de un Instituto Penitenciario, iniciativa que en 2005 envió al Parlamento el entonces presidente hondureño, Ricardo Maduro, pero ha sido ignorada por los diputados.
Por su parte, el presidente hondureño, Porfirio Lobo, dijo en un comunicado que Bonilla fue instruido para atender "la emergencia del penal de San Pedro Sula, donde la prioridad es preservar las vidas de los privados de libertad".
"Hay que hacer todo lo necesario para evitar la pérdida de vidas humanas, que es lo que nos preocupa a todos, todo lo demás se puede recuperar", indicó el gobernante en su misiva.
El titular de Seguridad dijo que el obispo auxiliar de San Pedro Sula, Rómulo Emiliani, está trabajando dentro del presidio con sus autoridades para que la situación vuelva a la normalidad o a una "relativa paz".
Más temprano, el portavoz de la Policía en San Pedro Sula, Julio Rodas, dijo a los periodistas que el penal estaba "bajo control" de las autoridades, aunque reconoció que las fuerzas de seguridad aún no habían podido ingresar al módulo donde se registró el incendio "para verificar si hay más víctimas".
El obispo Emiliani impulsa desde 2004, cuando se desató un incendio en ese mismo penal que dejó 107 reos muertos, la construcción de una nueva cárcel para San Pedro Sula, porque la actual es "una bomba de tiempo".
Lobo indicó en su comunicado que el problema de un terreno para la construcción de un nuevo presidio para San Pedro Sula está camino de ser resuelto y que sólo falta agilizar unos trámites en el Parlamento.
Bonilla recordó que sobre Honduras "pesa una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos", precisamente por el incendio de 2004.
El 14 de marzo pasado un fuego en la Granja Penal de Comayagua, centro del país, dejó 361 muertos, incluida una mujer que visitaba a su marido, mientras que en una trifulca en el penal de La Ceiba, en el Caribe, en abril de 2003, murieron 66 presos y tres mujeres, incluida una niña, que eran parientes de reclusos.
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