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El condenado por matar a su exnovia de 82 puñaladas recurre y alega un trastorno

Madrid, 28 mar (EFE).- El hombre condenado a 25 años de cárcel por asesinar a su exnovia de 82 puñaladas en la localidad madrileña de Brunete ha alegado hoy ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) que lo hizo bajo los efectos de las drogas y que, además, padece un trastorno mental.

Así lo han informado fuentes jurídicas, que han explicado que la vista del recurso de Sergio G.M., que ha asistido por videoconferencia desde la cárcel de Navalcarnero, ha durado aproximadamente dos horas y en ella su abogado defensor, Javier Barreiro, ha pedido que se rebaje la condena y se cambie el delito de asesinato por el de homicidio.

El letrado del condenado ha subrayado que Sergio padece un trastorno mental y era consumidor de cocaína, por lo que se le deben aplicar eximentes -completa o incompleta- y atenuantes.

También ha sostenido ante la sala de lo Civil y Penal del TSJM que no existía relación de parentesco entre Sergio y la víctima, Ivana S.F., de 36 años, aunque los magistrados de la Audiencia Provincial así lo consideraron en su fallo.

Sin embargo, los abogados de las acusaciones particulares, que representaban a los padres y a las dos hijas menores de edad de la víctima, así como la ejercida por la acusación popular, en nombre de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, han rechazado los recursos de la defensa.

Las acusaciones han subrayado que existió alevosía porque el ataque fue "sorpresivo y desproporcionado", había relación de parentesco y el asesino se aprovechó de ella para acceder a la vivienda de su exnovia.

Según estos abogados, también "quedó claro el ensañamiento" cuando los forenses explicaron en el juicio que de las 82 puñaladas, con cuchillos de cocina, una navaja y unas tijeras, varias tocaron órganos vitales y casi la última fue la mortal al llegar al corazón.

Los abogados de las acusaciones han resaltado que aunque el condenado había tomado droga el día del crimen, ocurrido el 21 de enero de 2010, no era drogadicto, y que solo sufre un trastorno de personalidad que no le afecta al control de su conducta.

Al término de la vista, Sergio, que había sido condenado en 2008 como autor de un delito de violencia de género sobre otra pareja anterior, se ha limitado a decir "no, muchas gracias" cuando se le ha preguntado si tenía algo que añadir.

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