La Justicia posee indicios de que un militar retirado involucrado en el robo de bebés en la dictadura argentina (1976-83) hallado muerto el lunes se suicidó, aunque grupos de derechos humanos insistían este miércoles en investigar si se trató de un asesinato.
"Tomo esta decisión en pleno uso de mi libertad y facultades. Lo hago solo sin participación de tercero alguno", dice una carta dirigida a un juez firmada ex teniente coronel Paul Navone y publicada por la prensa local, que no aclara dónde fue hallada.
"Adopto esta medida como el mejor camino para mí", agrega la misiva, que fue publicada este miércoles por el diario Página 12 y está en manos de la Justicia. El ex militar, de 65 años, fue hallado muerto con un disparo en la sien en un pueblo serrano de la provincia de Córdoba (centro), donde residía.
Navone debía presentarse a declarar el mismo lunes en el juzgado federal de Paraná (500 km al norte), como imputado en una causa por la sustracción y sustitución de identidad de dos bebés, hijos de desaparecidos durante la dictadura.
En tanto, el informe de la autopsia revela que la muerte se debió a una herida por proyectil de arma de fuego disparado a corta distancia.
"La distancia estimada entre la boca del arma y la piel ha sido menor de 50 centímetros", reveló el informe publicado por el matutino.
A pesar de los indicios, organizaciones de derechos humanos y los abogados querellantes exigieron que se investigue si Navone fue asesinado para silenciar posibles revelaciones sobre el robo de bebés ante la justicia.
Navone apareció muerto en el parque de un hotel que la Fuerza Aérea Argentina posee en la localidad turística cordobesa de Ascochinga, donde tenía su casa y explotaba un restaurante y un pequeño hotel.
El 10 de diciembre el ex suboficial de Prefectura Naval Héctor Febres -que también era juzgado por el robo de bebés durante la dictadura- fue encontrado muerto en su lugar de detención pocos días antes de recibir una sentencia. La autopsia determinó que su deceso se produjo por ingerir cianuro.
La Justicia tiene firmes sospechas de que Febres fue asesinado para evitar que informara sobre el destino de los bebés robados y encausó en enero a dos oficiales de la Prefectura Naval (policía guardacostas) encargados de su custodia.
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