La saga de la marea negra que generó hace 19 años en Alaska el petrolero Exxon Valdez tendrá un nuevo capítulo el miércoles cuando la Suprema Corte estadounidense comience a estudiar la legalidad de una multa de 2.500 millones de dólares contra el gigante ExxonMobil.
El 24 de marzo de 1989, unas 50.000 toneladas de crudo se derramaron en la bahía Príncipe William, en Alaska (noroeste), debido al choque del Exxon Valdez contra un arrecife y provocaron la peor marea negra registrada en Estados Unidos.
Las consecuencias del desastre ecológico incluyeron la muerte de decenas de miles de aves y cientos de nutrias marinas, señalaron estudios de la Universidad de Alaska, según los cuales apenas un cuarto de la población submarina sobrevivió.
Tras el accidente, el primer grupo petrolero mundial desembolsó 2.100 millones de dólares para limpiar los 500 kilómetros de costas contaminadas con el crudo, 300 millones para indemnizar a pescadores y habitantes afectados, y más de 900 millones para zanjar procesos penales iniciados por el gobierno federal y por el Estado de Alaska.
En 1994, más de 30.000 víctimas, en su mayoría habitantes de la región afectada, presentaron una demanda civil y Exxon Mobil había sido condenado a pagar más de 5.000 millones de dólares en daños e intereses, una suma que entonces equivalía al beneficio anual del grupo petrolero
La saga recién empezaba: la suma fue reducida a 4.000 millones de dólares en diciembre de 2002, luego incrementada a 4.500 millones en enero de 2004 y a fines de 2006 una corte federal de apelaciones finalmente falló al mismo tiempo sobre la validez de los daños y el monto a pagar por el gigante petrolero, que estableció en 2.500 millones de dólares.
"Ordenamos una reducción de 2.000 millones de dólares, que equivalen a (pago de) daños por 2.500 millones de dólares", indicó el fallo del tribunal de Apelaciones de San Francisco (California, oeste), que tomó en cuenta los esfuerzos de Exxon para remedar la catástrofe.
Debido a que pese a la reducción la multa sigue siendo un récord histórico, el grupo petrolero se presentó en apelación ante la Corte Suprema, que aceptó en octubre pasado examinar uno de los aspectos del caso vinculado al derecho marítimo.
Sin embargo, rechazó pronunciarse sobre el modo en que se calcularon los daños, pero aceptó dar una audiencia de 90 minutos, señal de la complejidad del caso, dado que los nueve jueces de la máxima instancia judicial estaodunidense jamás otorgan más de una hora para presentar un caso.
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