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Santi García: "En la cárcel aprendes a valorarlo todo más"

Cambrils (Tarragona), 26 ene (EFE).- Santi García, el joven de Cambrils de 27 años en libertad tras pasar casi 5 meses en prisión acusado falsamente de violación, ha dicho hoy a Efe que en la cárcel aprendes a valorarlo todo más.

La titular del juzgado número 4 de Reus decretó el pasado martes la libertad sin cargos para Santi García, el joven de Cambrils acusado de violación que llevaba 144 días en prisión preventiva.

Santi, que lleva un día y medio concediendo entrevistas para hablar de su caso, se encuentra ya en casa, en un chalé de una planta ubicado en una calle del tranquilo barrio de Cambrils Badia.

Jugueteando con sus dos perros, fuma nervioso en el porche del chalé, enseña el tablero de ajedrez que construyó en la cárcel de Tarragona, con un escudo del Real Madrid tallado, y lamenta que el equipo de Mourinho no pudiera vencer ayer al Barça.

En la cárcel, Santi trabajó ocho horas diarias como ordenanza, lo que le sirvió para "no pensar demasiado", y confiesa estar "todavía un poco nervioso, aunque más tranquilo al estar ya en casa".

De esos 144 días en prisión por un delito que no cometió ha aprendido a "valorarlo todo más". "Cuando uno está privado de todo se echa en falta todo: un simple paseo, jugar con mis hermanos y sobrinos, ver a mis amigos, aprendes a valorarlo todo mas", explica.

Confiesa que estuvo "desesperado desde el primer momento", pese a que "sabía que tenía gente fuera luchando para que saliera", y le ayudó "muchísimo" el apoyo de sus amigos y de su familia. "No sé cómo lo hubiera llevado sin ese apoyo, estaría hundido", admite.

Ahora, se plantea la vida "igual", y piensa en encontrar trabajo, hacer vida normal y mirar hacia adelante". De momento, mañana irá a comer al Pòsit, el restaurante donde trabajaba como camarero desde un par de meses antes de aquella madrugada del 2 de septiembre que a punto estuvo de arruinarle la vida.

"Es que me podían caer de 12 a 18 años", expone mientras se le caen las lágrimas y reconoce que sus jefes "se han portado de maravilla" pese a llevar tan poco tiempo trabajando con ellos.

A su lado, su madrastra, con la que vive, Anabel Muñoz, la mujer que convocó una manifestación en Cambrils el pasado 23 de diciembre para pedir la libertad de Santi y que entregó 430 firmas a la titular del juzgado número 4 de Reus solicitando una prueba de ADN, afirma: "sin nuestra lucha hubiera tardado más tiempo en salir".

Un cartel con la foto de Santi y el lema "Libertad", utilizado en esa manifestación y presente en el porche, es testigo de las lágrimas, del ruido de las tripas del muchacho y de los escalofríos que aún recorren el cuerpo de esta familia.

"Inocente era, pero las pruebas habrían tardado más", asegura Anabel, que agradece a su abogado, Pere Sutil, el trabajo desarrollado para poder sacar al chico de la prisión, en la que ingresó por la Ley de Violencia de Género.

Anabel considera que "la mujer no es el género débil. Por la Ley de Violencia de Género hay muchos inocentes en la cárcel, sólo porque han creído a la mujer y no les importa a los jueces, que prefieren tener a un inocente en la cárcel por la alarma social. Ahora es un poco peligroso ser hombre".

La madre de Santi, Lluïsa Ferraté, quien también ha apoyado a su hijo, añade que "los Mossos le metieron en la cárcel y punto. No demostraron nada, trabajaba y estaba empadronado en Cambrils y, según ellos, no constaba en ningún lado y por eso dijeron que era un desarraigado".

"No hay derecho a sentirte desamparado por la policía, que en principio es quien te tiene que defender", se sincera la madre del chico, que continúa afirmando que "no pueden privar a nadie de su libertad sin saber realmente el porqué".

"Primero que comprueben lo que denuncia esa persona. Es injusto no aportar pruebas y meter a una persona en la cárcel", concluye.

Los hechos que dieron lugar a la detención sucedieron la madrugada del pasado 2 de septiembre, cuando Santi salió de fiesta por Cambrils y conoció a una joven colombiana, a la que acompañó a su casa.

De camino, iniciaron una serie de escarceos amorosos que, según su versión, el joven frenó cuando la chica le mordió en el pecho y le arañó -aún son visibles las cicatrices-, porque a él no le iban ese tipo de juegos sexuales.

La titular del juzgado número 4 de Reus, a partir de la denuncia de la joven, ordenó el ingreso en prisión sin fianza de Santi.

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