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Juzgan en Barcelona a un hombre que reconoce haber matado a sus padres por dificultades económicas

La Audiencia de Barcelona juzga desde este lunes a un hombre que ha reconocido haber matado a su padre y a su madre en su domicilio de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) en abril de 2008, por las dificultadas económicas de la empresa familiar que dirigía él mismo.

BARCELONA, 16 (EUROPA PRESS)

La Audiencia de Barcelona juzga desde este lunes a un hombre que ha reconocido haber matado a su padre y a su madre en su domicilio de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) en abril de 2008, por las dificultadas económicas de la empresa familiar que dirigía él mismo.

"Me culpaba de la situación. Sentí que les había fallado y temía que perdieran la casa", ha declarado el acusado, Francisco José L., quien también ha afirmado que vivían de la pensión de su padre y de los escasos ingresos de la empresa de neumáticos familiar.

Como ha explicado ante el Tribunal, en 1990 sufrieron un incendio en su empresa de Viladecans (Barcelona) que les comportó muchos problemas económicos y, a partir de ese momento, "el negocio fue mal": tuvieron que pedir una hipoteca para el piso de los padres, venderse otro que tenían, y aún así no llegaban a pagar las deudas.

Según Francisco José L. --hasta el momento de familia trabajadora pero bien estante--, recibía llamadas a diario de los bancos y se ha justificado: "Intenté aguantar aquella situación pero se me fue de las manos".

Tras apuñalarlos con dos cuchillos de cocina dos o tres veces en sus habitaciones --dormían separados-- trasladó los cuerpos a la cama matrimonial donde descansaba su madre, y los tapó con una manta, abandonándolos allí durante casi un año.

Minutos después cogió una libreta y en cuatro horas gastó sus 78 páginas relatando los detalles de lo sucedido esa noche, además de juntar toda la documentación sobre sus deudas para facilitar la investigación de los hechos, y horas más tarde se intentó suicidar porque "quería acabar con todo".

Por ello, la Fiscalía solicita una pena de 40 años de prisión por lo que califica de dos "asesinatos" con el agravante de parentesco, puesto que las víctimas se hallaban durmiendo en sus camas cuando su hijo les apuñaló y no se pudieron defender.

La letrada de la defensa, que no pone en duda la culpabilidad de su cliente y se ha dirigido al jurado popular afirmando que "lo hizo", ha pedido una pena total de 14 años para ambos homicidios, y ha argumentado que el procesado actuó movido por arrebato, por desesperación dada su situación económica.

Según ha explicado con detalle el acusado, quien ha mostrado predisposición a esclarecer los hechos, aquella noche se había levantado un par de veces y no se encontraba bien cuando, según ha afirmado: "Me vi con un cuchillo en la mano" en la habitación de su padre.

La primera víctima tuvo tiempo de gritar a su esposa y de ir arrastrándose hasta los pies de su cama, pero no puedo evitar que su hijo hiciera lo mismo con la mujer, que según el acusado, estaba despierta y sentada en la cama en ese momento.

Tras cometer los crímenes, Francisco José L. siguió viviendo en la casa --había vivido allí toda su vida--, y para evitar el olor de los cuerpos en estado de descomposición, tenía ambientadores por toda la casa y lavaba a menudo el suelo de la habitación con lejía, además de tapar la ventilación que daba a la calle para que no se filtrara.

No obstante, ha asegurado que ese día dejó la puerta de la casa abierta para que alguien entrara y descubriera el siniestro --algo que no sucedió--, si bien días más tarde recibió quejas de vecinos por el olor, a los que explicaba que sus padres habían ido de viaje.

"No toqué nada del piso porque pensé que era lo justo y lógico para que se descubriera", ha admitido el procesado que desde 2008 se encuentra en prisión preventiva.

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