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Bruselas aprueba el Reglamento de Auditoría, protestado por el sector

Foto: Archivo.

La Comisión Europea lanzó su órdago a las grandes firmas de auditoría al mantener en el proyecto de Reglamento que aprobó ayer la obligación de que las auditoras no puedan trabajar con un cliente más de seis años o nueve si la empresa es auditada por dos auditoras distintas.

Sin embargo, el reto se amplió a todo el sector, al incluir la incompatibilidad con otras actividades de asesoría. El argumento para mantener esta separación de funciones es que "existe un alto riesgo sistémico para el sector en el caso de que una de ellas colapse" y constata las "dudas que existen sobre la credibilidad de las auditorías a los bancos e instituciones financieras".

El comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, afirmó ayer que esta normativa es una respuesta a que "la confianza del inversor en las auditorías ha sido golpeada por la crisis y considero que en este sector los cambios son necesarios".

Barnier puso como ejemplos de la necesidad de estas medidas, los casos de AngloIrish, Lehman Brothers, BAE Systems y Olympus, por lo que abogó también por una supervisión más robusta y una mayor diversidad en el mercado demasiado concentrado en las conocidas como Big Four (PwC, KPMG, Deloitte y Ernts & Young, que suponen el 85 por ciento del mercado internacional de auditoría).

La calidad, perjudicada

El presidente del Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España y vicepresidente de la Fédération des Experts Comptables Européens (FEE), Rafael Cámara, ha criticado que "la Comisión saque adelante unas propuestas que, lejos del consenso, generan gran oposición de la mayoría de instituciones y agentes económicos implicados".

También perjudica manifiestamente la calidad de la auditoría pretender que los informes de auditoría deban contar como máximo con 10.000 caracteres y 4 páginas, que fue criticado por Philp Jhonson, presidente de la FEE.

Las tres corporaciones representativas de la auditoría de en España: el Instituto de Censores Jurados de Cuentas, el Consejo General de Economistas y el Consejo Superior de Titulares Mercantiles emitieron ayer una nota conjunta en la que señalaron que "la propuesta se ha aprobado con la oposición de buena parte de los comisarios europeos, de un número significativo de Gobiernos de la UE, de destacados reguladores europeos, de las empresas, de los agentes económicos, del Parlamento Europeo y de la práctica totalidad de la profesión auditora en la UE".

Al menos 5 comisarios europeos son contrarios a alguna de las principales medidas propuestas, al igual que sobre el instrumento elegido para realizar esta reforma (una directiva de obligada transposición para los Veintisiete).

Pero no todo es unanimidad en el sector a nivel comunitario. Martin van Roekel, CEO de la red BDO, se unió recientemente a otras redes para animar a la CE a mantenerse firme con sus propuestas y convencerle de su objeción unánime ante la posibilidad de suavizar el paquete de reformas.

BDO explicó que se alegraba de la presentación de las medidas, pero no las valoraba en detalle. "Esperamos analizar las propuestas formales aprobadas por la Comisión y emitiremos la respuesta de BDO a su debido tiempo", dijo Noel Clehane -Global Head of Regulatory & Public Policy Affairs-. "Esto es el comienzo de un largo, pero muy importante proceso para asegurar que podemos enviar cambios reales para nuestra industria y BDO continuará participando completamente y de manera constructiva en ese proceso", añadió.

Por su parte, Carlos Mas, presidente de PwC en España explicó que muchas de las medidas propuestas por la Comisión, tales como el establecimiento de firmas auditoras con dedicación exclusiva a esta actividad y la rotación obligatoria de las firmas auditoras, no tendrán un efecto positivo. Dichas medidas reducirán la calidad auditora, aumentarán los costes ? algo que las empresas han indicado que supone una enorme preocupación en tiempos de crisis económica como el actual en Europa -  y corren el riesgo de situar a Europa en una posición de desventaja competitiva. La Comisión no ha aportado ninguna evidencia concreta que demuestre ningún efecto positivo sobre la calidad auditora como resultado de estas propuestas.  

Asimismo, ni el propio proceso de consulta de la Comisión ni las encuestas independientes indican que exista un apoyo generalizado en Europa con respecto a propuestas tales como la creación de firmas auditoras con dedicación exclusiva a esta actividad y la rotación obligatoria de las firmas de auditoría.

Sin embargo, matizó que, a pesar de estas críticas, "apoyamos completamente las reformas legislativas basadas en evidencias que mejoren la calidad auditora y eliminen las barreras a la competencia". En particular, continuó, "apoyamos las medidas que promuevan las auditorías de alta calidad y una profesión dinámica y vibrante y, lo que es aún más importante, la confianza en la información financiera que se proporciona a los mercados".

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