
Madrid, 21 oct (EFE).- El Tribunal Supremo ha condenado al Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) a indemnizar con 30.000 euros la familia de un hombre que falleció por "retraso diagnóstico y realización tardía de las pruebas" que hubiesen permitido diagnosticarle y extirparle a tiempo un cáncer de pulmón.
Así consta en la sentencia del Supremo que hoy ha hecho pública la Asociación Defensor del Paciente, según la cual J.N.U., de 58 años, ingresó en noviembre de 2004 en el Hospital Doce de Octubre con un diagnóstico de Hemorragia Digestiva.
Durante su estancia en el hospital se le practicó un TAC torácico que reveló la existencia de un nódulo de 12 milímetros en el pulmón derecho que, según explicaron los cirujanos, podría tratarse de un tumor que precisaría realizar una intervención quirúrgica.
En diciembre de 2004 se le practicó al paciente una biopsia y se le citó con el neumólogo para finales de mayo de 2005, con el fin de que le informara de los resultados de la prueba.
Según la sentencia, el neumólogo solicitó la realización de un TAC torácico al detectarse "en el aspirado bronquial un indicio de malignidad" que resultó ser un nódulo (carcinoma) de 18 milímetros en el pulmón derecho que había aumentado 6 milímetros desde que fue diagnosticado por primera vez.
En junio de 2005 se solicitó la realización de un PET pero, tras más de dos meses de espera sin ser llamado por la sanidad pública, el paciente decidió que se lo hicieran en un centro privado, abonando por ello 950 euros que nunca le fueron reembolsados.
Esta prueba, y otra posterior realizada en agosto del mismo año, confirmaron que el paciente padecía un carcinoma de pulmón y que, dado el retraso y lo avanzado de la enfermedad, era inoperable.
Como consecuencia de todo ello, J.N.U. falleció el 27 de septiembre de 2005, sin posibilidad de ser operado debido al retraso en la realización de las pruebas de diagnóstico del cáncer que padecía, por lo que ahora el SERMAS ha sido condenado a indemnizar a la familia con 30.000 euros.