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Puig denuncia el "pensamiento único" que alienta a combatir a la autoridad

Barcelona, 19 oct (EFE).- El conseller de Interior, Felip Puig, ha denunciado que en los últimos 40 años se ha "inoculado" en la sociedad catalana, y no sólo en grupos "marginales", un "pensamiento único" que ha debilitado a la democracia al alentar a combatir a la autoridad transgrediendo las normas de convivencia y civismo.

En el prólogo del libro "Ser policía" (Plataforma Testimonio), escrito por el comisario de los Mossos d'Esquadra Joan Miquel Capell, Puig admite que actualmente se viven "tiempos difíciles" debido a la coincidencia de la crisis económica y de escenarios que someten a la sociedad catalana a "tensiones sociales profundas".

Según Puig, ahora ha emergido como corriente de fondo una "cultura expansiva que cuestiona de forma agresiva el principio de autoridad, representado especialmente por los agentes uniformados", lo que afecta al modelo de convivencia en Cataluña.

Para llegar a este punto, según Puig, han confluido "la globalización desbocada, la profunda crisis económica que estamos atravesando, las grietas que debilitan nuestro sistema de valores, la ubicación en la oposición -en toda Europa- de las fuerzas dichas de izquierda y los rasgos psicológicos colectivos de los catalanes que describió tan bien Vicens Vives".

"Nuestra generación -insiste Puig- sufre aún las consecuencias de un cierto 'pensamiento único' que en los últimos 40 años ha penetrado en nuestra cultura e imaginario colectivo: la permisividad excesiva frente a la transgresión de las normas de convivencia y de civismo y la exaltación inconsciente de actitudes y comportamientos que han minado y atentado contra los principios más elementales del respecto al bien común, de las reglas de urbanidad y de la conservación del patrimonio comunitario".

En opinión del conseller de Interior, este "pensamiento único" ha debilitado a la democracia, ya que se ha "inoculado" y ha sido promovido no sólo en colectivos o ámbitos "marginales", sino en sectores intelectuales, medios de comunicación, instituciones educativas y universitarias y posicionamientos políticos.

"Y ahora -se lamenta Puig- sufrimos las consecuencias de todo ello. Y las sufre nuestro sistema de seguridad, al que le pedimos reacción inmediata ante situaciones que se han estado gestando a lo largo de dos generaciones".

El hilo argumental que defiende Puig en el prólogo de este libro se entronca con la tesis que ha venido sosteniendo tras la polémica por la intervención de los Mossos en la 'operación limpieza' de la plaza de Catalunya (el 27 de mayo)- y por incidentes en el acoso al Parlament (el 15-J).

A raíz de aquellos hechos, Puig pidió desde el Parlament un rechazo "claro y decidido" contra la violencia de las "guerrillas urbanas" y denunció que estos grupos se han sentido con "impunidad total" para actuar, al contar con el "amparo social".

Por todo ello, en el prólogo el conseller defiende para Cataluña la necesidad de un modelo de seguridad propio, integral, dinámico con vocación internacional y con la implicación y compromiso de todos si se quiere un país donde la gente se sienta libre, la sociedad conviva en libertad y se respeten los derechos humanos y el cumplimiento de las leyes.

"No hay libertad sin seguridad. Ni individual, ni colectiva, ni nacional", remarca Puig, que admite que ser policía hoy en Cataluña "no es nada fácil", ya que se está sometido a duplicidades corporativas e institucionales, al juicio "implacable" de la opinión pública, al "seguimiento y presión" de los medios de comunicación, al "obligado y exigible" control judicial y a las insuficiencias presupuestarias.

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