
La mitad de los españoles piensa que la Administración de Justicia funciona mal; da una imagen anticuada; es tan lenta que siempre que se pueda vale más evitar acudir a ella; su lenguaje y sus procedimientos son excesivamente complicados y difíciles de entender para el ciudadano medio; en muchas ocasiones no sirve de nada que dé la razón pues en la práctica la sentencia es papel mojado ya que o no se cumple, o se cumple tarde y mal; y con frecuencia los jueces no dedican ni la atención ni el tiempo adecuado a cada caso individual, están "fuera de onda".
Así se desvela en el Barómetro Externo de Opinión del Consejo General de la Abogacía, realizado mediante 4.000 entrevistas por Demoscopia, según el cual tan sólo un 27 por ciento considera que la Justicia funciona bien.
A la vista de estos datos, el presidente del Consejo General de la Abogacía Española, Carlos Carnicer, en el acto de presentación del Informe también ha pedido a los políticos "que no se olviden de la Justicia en sus programas ante las elecciones del 20-N y en los debates electorales".
Las malas opiniones expresadas en la encuesta también afectan a la imagen del Estado de Derecho que tienen los españoles, que ha empeorado, como consecuencia de la crisis, en los tres últimos años. El número de españoles que considera que el Estado de Derecho en España es peor que en los países avanzados ha pasado desde el 30 por ciento de 2008 a superar la mayoría (un 54 por ciento) en 2010.
Un 55 por ciento de los encuestados se encuentra, en materia de derechos fundamentales, en un nivel intermedio dentro del grupo de los países más avanzados (en 2008 lo respondían un 62 por ciento), pero un 31 por ciento cree que estamos en el grupo de cola (hace tres años se situaba en el 17 por ciento)
No obstante, abogados (5,6) y notarios (5,2) reciben un aprobado de los encuestados, por encima de los jueces (4,8) y tribunales (4,5).