
Los registradores consideran que es necesario que la futura reforma de la Ley Hipotecaria introduzca medidas para la refinanciación de los grupos societarios y que se brinde un proyecto de información a los expertos en esta fase preconcursal, ya que cuando se designan a estos peritos la negociación no se ha terminado todavía.
Tanto el decano del Colegio de Registradores de la Propiedad, Alfonso Candau, como el director del Servicio de Estudios Registrales, Luis Fernández del Pozo, se mostraron ayer favorables a que se cree un procedimiento extraconcursal que permita acelerar la refinanciación de las empresas.
Las principales causas de esta preferencia son que se ahorra en tiempo y en costes y se evita la publicidad de los concursos, ya que los registradores entienden que la función de saneamiento empresarial, que es una de las máximas razones de ser de la Ley Concursal, no se está cumpliendo, puesto que el 90 por ciento de las empresas que llegan acaban en liquidación frente a un 9 por ciento que alcanza el convenio.
Sin embargo, un 2 por ciento de éstas, tras aprobar el juez el convenio acaban también en liquidación. Además, los acreedores sólo recuperan el 56 por ciento de su crédito al final del concurso.
Perfíl de las empresas refinanciadas
Una muestra de las preferencias de las empresas por los procesos de refinanciación, es que en el ejercicio pasado las empresas eran más grandes, mientras que en la actualidad la gran mayoría son pequeñas y medianas empresas.
Estos datos se explican, porque sólo las empresas que carecen de tamaño suficiente para lograr que los acreedores se decidan a negociar son las que se ven abocadas al concurso. En general son empresas jóvenes, en un 50 por ciento con entre cinco y quince años de existencia. Además, no superan el millón de euros de pasivo.
Otra muestra de esta preferencia, es que el volumen del pasivo de las empresas declaradas en concurso supuso el año pasado un total de 21.000 millones de euros de pasivo de los que 15.000 se arreglaron en procedimientos extrajudiciales. Además la larga duración de los concursos, que pueden alcanzar los 40 meses de duración si se llega a la liquidación, se añade a los alicientes para que las grandes empresas acudan a los procedimientos extraconcursales.
Si bien en 2008 los concursos crecieron un 187 por ciento, en 2009 lo hicieron en un 97 por ciento, lo que para Luis Fernández del Pozo supone que se haya alcanzado el techo de saturación del sistema judicial, ya que en cifras absolutas, en 2009 se registraron 6.000 concursos que se han solapado con los 3.000 del año precedente.